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            Entró a leer mis mensajes en la lista del Foro de Vida Independiente y me encuentro con la difusión de una noticia que, a mi vez, reproduzco aquí. Parece que la falta de sensibilidad y los pacatos criterios sociales y los más terribles aún de pura rentabilidad priman tanto en la sanidad pública como en la privada. Copio el texto de la Voz de Galicia tal cual y evito comentarios que haría a algunas de las cosas que aparecen sobre las exigencias de Sanitas en sus pólizas:

 

Una aseguradora niega una póliza a una niña con síndrome de Down
 

Los padres, que residen en Ferrol, estudian presentar una demanda por trato discriminatorio


Sanitas cambió su publicidad por las quejas, respaldadas por Vicepresidencia, de los progenitores    



         La negativa de la aseguradora Sanitas a abrir una póliza a una niña con síndrome de Down puede acabar en los tribunales. Natalia Casáñez y Roberto Saavedra, los padres de la pequeña Candela, que acude a la guardería en Ferrol, han decidido recurrir a un bufete de abogados para que estudie el caso de su hija. Consideran que el rechazo de Sanitas constituye una «importante discriminación» y añaden que los anuncios navideños de la empresa, en los que aparecía un joven con síndrome de Down, son un caso de «publicidad falsa».

         El grado de retraso mental asociado al síndrome de Down de Candela es de los más bajos, y sus padres insisten en que la niña podría conseguir «sin ningún problema» el certificado médico que Sanitas exige en sus folletos para asegurar a personas con esa discapacidad. Sin embargo, todas sus ilusiones se derrumbaron tras una serie de consultas con empleados de la empresa que culminaron, según los padres, con la frase: «En quince años no se aseguró a nadie con esa discapacidad». 

         Roberto y Natalia denunciaron el caso a Consumo, que actualmente gestiona su queja por publicidad falsa, y la Vicepresidencia de la Xunta se puso en contacto con ellos. La Administración autonómica ha estado en contacto con la familia de forma continua y, según sus portavoces, ha hecho «todo o posible dentro da legalidade» para arreglar el caso. Su intervención propició que Sanitas cambiara su anuncio por otra versión en la que no aparecía el joven con síndrome de Down.

         Pero la Xunta no puede hacer que la empresa admita a Candela. Natalia lo explica: «No nos sentimos abandonados, y menos por la Xunta; pero no podemos evitar sentirnos defraudados por un sistema en el que se permite que ocurran cosas como esta».

         El pasado viernes entraron en contacto con Julio Barros, el letrado que estudia una posible demanda a Sanitas. Barros es tajante: «No había razones técnicas para no asegurar a la niña, que no sufre ninguna patología. Además, la ley prohíbe la discriminación, es como si no asegurasen a mujeres, homosexuales o personas rubias. En un principio -continúa el abogado-, pensamos en una demanda civil por trato discriminatorio y publicidad engañosa, aunque aún está todo en el aire».

         Por su parte, Sanitas ha preferido no hacer declaraciones, aunque sus portavoces señalaron que el anuncio «no pretendía ofender a nadie». La compañía tiene asegurados con síndrome de Down, la mayoría hijos de personas que ya tenían una póliza con ellos y que nacen con esa discapacidad. Se da la circunstancia de que el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad otorgó en el 2006 un premio a Sanitas por su labor de apoyo. Además, la compañía cubre la atención sanitaria desde el 2002 a 50.000 afiliados de la ONCE.
 

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        El anuncio de Sanitas que causó parte de las quejas de los padres de Candela contra esa empresa -está además el supuesto trato discriminatorio- llegó a las pantallas en plenas fiestas de Navidad. La publicidad mostraba a diversas personas sonrientes: un anciano, dos jóvenes en silla de ruedas, otro con muletas y el muchacho con síndrome de Down, entre otros; y concluía con dos mensajes: «Sanitas presenta la terapia más innovadora... el optimismo» y, justo a continuación, la voz de fondo afirma: «Los optimistas siempre van por delante».

        Quizá los directivos de la empresa aseguradora fuesen optimistas con el resultado de la campaña, pero la modificaron cuando llegaron las quejas de Natalia y Roberto, respaldadas por Vicepresidencia de la Xunta. La aseguradora cambió el anuncio por una versión de menor duración «que existía antes de las quejas», según la empresa, y en la que no aparece el joven con síndrome de Down.

        La versión original del anunció saltó entonces a la web de Sanitas (www.sanitas.es). Donde permaneció hasta el sábado, con el consiguiente enfado de Natalia y Roberto que tildaron la situación de «tomadura de pelo».

        El anuncio plantea muchas dudas también al abogado de la familia, Julio Barros, quien señala que «Sanitas usa la imagen del chico con síndrome de Down como reclamo, eso es indudable; y habría que ver si aseguran a una persona mayor como la del anuncio, o que esté en silla de ruedas o en trámites para que le reconozcan una discapacidad».



* La fotografía la recojo de la edición digital de La Voz de Galicia y, como ayer, la cuelgo aquí porque deduzco que sus padres han dado permiso para que sea difundida su imagen.

11 comentarios

pepi -

a los trabajadores de sanitas nos mandaro una publicidad,engañosa, ya que nos decian en un folleto que si queriamos pasar un dia con niños con sindrome de daw no recuerdo en que parque de atraciones era y ya estaba caducado.UNA VERGUENZA

ana -

que a pasado al final?

José Miguel -

Esto no me lo puedo creer.Yo tengo una hija de 7 años con sindrome de down,se llama India y lleva desde que nacio en SANITAS.Si quieres contactar conmigo te dejo mi correo.VERGONZOSO.

Luisa -

Creo que has dado con el calificativo adecuado: el cinismo que demuestra este tipo de comportamientos es flagrante. Otras cosas se les podrían decir, además, desde luego. Un beso, Inde.

No sé, Ybris. Si hay que inclinar la balanza por un sistema, yo siempre defenderé el público. Pero la Sanidad pública tiene también a veces comportamientos que me hacen pensar que claramente funcionan indicaciones de rentabilidad, en otros términos que en el sector privado, si siquiere, pero al final llegamos a criterios de fondo similares. Esto dicho con todos los matices con los que hay que hacerlo, por supuesto.

Luigis, gracias por venir a este sitio. Y gracias por ayudar a difundir los hechos. A mi también me parece que por lo menos eso es lo que hay que hacer, que se sepa y que obremos en consecuencia. Un saludo.

luigis -

Mañana pondré en mi blog esta historia y la del trasplante...
No obstante las compañías,por muy privadas que sean, no pueden vulnerar el marco constitucional. No pueden discriminar. Si quieren pueden poner la poliza más cara.
Lo de la publicidad es claramente fraudulenta. Espero que la sanción sea ejemplar. No obstante la mejor sanción es que circule por la red esta historia para que todo el mundo se lo piense bien antes de entrar en SANITAS.
Al final lo que de verdad les duele es la "pela"

Ybris -

Esa es la razón por la que siempre he creído en la necesidad de una Seguridad Social pública que no se base en criterios economicistas.
Y queden, como siempre ha sido, lo privado para lo suponga un cierto lujo.

Besos.

inde -

Me quedo con dos cosas, sobre todo (además de con la indignación): la entereza de los padres diciendo "no podemos evitar sentirnos defraudados por un sistema en el que se permite que ocurran cosas como esta" (al margen de que las aseguradoras van a ganar dinero, tienen que cumplir un servicio), y las declaraciones de los de la empresa diciendo que "con el anuncio no querían ofender a nadie"... Hace falta ser, además de todo lo que se me ocurre decirles, verdaderamente cínico.

Magda -

Aquí veo varias situaciones, la que más me parece un timo es que la empresa había realizado una publicidad y a la mera hora resultó falsa. Esto es fraude total, y por supuesto discriminación. En lo único que piensan es en el dinero y no les ha importado publicitar lo "buenos que son" con tal de ganar clientes, pero a la mera hora son puras apariencias.

Seguro que los padres ganarán la demanda o al menos eso deseamos, pero que malos momentos han tenido que pasar.

Hay un dicho popular: "Entre más conozco a algunos humanos, más quiero a mi perrito".

Un beso.

Luisa -

Las dos, Inma, MM, teneis razón en vuestras apreciaciones. No se puede obligar a la empresa (que al fin y al cabo busca rentabilidad) a admitir a Candela. Las cosas son como son. Pero dan bastante asco. Y además, el colmo es ese uso de la publicidad de forma tan engañosa. Coincido en vuestras dos afirmaciones finales. Hay mucha miserabilidad en los comportamientos, y hay que esperar que por lo menos un juzgado los coloque un poco en su sitio.

M.M -

En este caso hay que tener claro un asunto: la empresa privada (y más en la sanidad) busca negocio; la salud es algo peligroso para los negocios, normalmente una buena sanidad genera muchos gastos, más en casos como los de esta niña. De ellos depende poner sus normas y derechos de admisión.
Lo indignante es la publicidad engañosa, hacérselas ver de buena gente para luego cerrar la puerta cunado no interesa. Espero que en los juzgados les castiguen por semejantes trampas.

lamima -

¡Cuanta soberbia hay detrás del dinero querida Luisa!..con las vueltas que da la vida.
Probablemente, como apuntan en el artículo, no se puede obligar a esa "empresa" a admitir a Candela,(¿reservado el derecho de admisión?) pero queda el recurso de tomar nota de ello. De hacerlo público, y bien alto.
Ya me perdonarás pero solo se me ocurre una palabra: ¡MISERABLES!