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Palíndromos - Imágenes y palabras

Palíndromos - Imágenes y palabras

No cabe duda de que imagen y palabra se necesitan. Toda la historia de la creatividad humana está llena de ejemplos de cómo se acoplan y fructifican, a veces de la mano de un único creador, otras a partir de dos o más voluntades. Los libros ilustrados son los más atractivos, los más hermosos, desde los tiempos de los iluminadores hasta estas producciones mediáticas actuales –ilustraciones de Miquel Barceló para la Divina Comedia o de Joan-Pere Viladecans para los cuentos de Poe, ambos editados por Circulo de Lectores, muy buenas ediciones a mi juicio y muy plásticas, claro-  u otras, más humildes pero incluso más hermosas, como el poemario de Javier Delgado “Zaragoza Marina”, ilustrado espléndidamente por Jorge Gay: un libro de colección, sin duda  (Prames, 2005).

 

La segunda quincena de agosto tuvo lugar en Anciles, valle de Benasque (Huesca) una exposición que no pude visitar, pero de la que un amigo me ha hecho llegar un precioso catálogo-libro. “La ruta nos aportó otro paso natural” es el título de este catálogo y de aquella exposición. Un palíndromo, como explica en la solapa Ismael Grasa. Como un palíndromo forman las aportaciones plásticas y textuales de los autores de la experiencia, el pintor Pepé Cerda (que pinta y escribe aquí a mano en hojas como prados) y el escritor Carlos Castán (que escribe con instrumento mecánico), redondeadas con las fotografías, ojo poético terrestre, de Luis Pita.

 

Los textos y las imágenes de cada cual son de cada cual, aunque a veces los motivos han coincidido, como en el caso de las ovejas muertas o del morado iris, y el resultado final sólo puede entenderse yendo de uno a otro y retornando. Me ha gustado mucho este libro, porque muestra de forma natural y directa cómo se trabaja sobre motivos concretos –imágenes del valle, vida en el valle-, y cómo estos motivos van entrecruzándose y constituyendo una descripción completa de un entorno, y cómo luego –gracias a todas las visiones- ese entorno fronterizo trasciende y se hace metonimia de una forma de estar y de crear. Sobre todo porque los autores nos enseñan como imágenes y palabras nacen a ras de la experiencia, encarnadas desde ella, pues Pepé Cerdá y Carlos Castán van mostrando su quehacer al hilo del tiempo de cada uno, sin ambagajes, con sus materiales al descubierto. Y me ha gustado, por supuesto, este catálogo-libro porque el resultado es hermoso.

 

La imagen que precede pertenece al catálogo “La ruta nos aportó otro paso natural” y Pepé Cerdá dejó dicho en este blog que me autorizaba a usarla. Así que lo hago. El texto que copio a continuación viene en el catálogo bajo el epígrafe “En las fronteras” y creo que condensa bien las emociones respiradas. Carlos Castán no me ha dado permiso, pero supongo que no le molestará si lo cito así:

 

“El valle se despide lentamente de una época, de una forma de vida que le ha dado sentido a todo durante siglos. Esa economía de batalla propia del mundo de ayer, hecha de esfuerzos, ahorros y pura supervivencia está dando paso a otra, propiciada sobre todo por el turismo, con la explosión que acarrea la construcción y servicios. Entre tanto, ambos mundos conviven superpuestos. Hoy el abuelo, que en su juventud sufrió el aislamiento de la nieve invierno tras invierno, que se las arregló para sobrevivir con un palmo de tierra y cuatro vacas, mira sentado en un banco el trajín de los esquiadores, o el colorido chillón del rafting y el ala delta, la gente que entra y sale de las hamburgueserías, sin terminar de endentar qué es lo que está sucediendo con su valle.”

 

Y copio también sin permiso un párrafo del “Epílogo” aportado por el fotógrafo, Luis Pita, que me ha parecido igualmente bello y acertado:

 

“¿Ahora dónde estoy?

Aquí termina España. El aire es el mismo. La hierba se extiende hasta el infinito cubriendo cimas y laderas. Sobre las crestas negras rizándose sin pasaporte peinan los Llanos del Hospital y traen a este lado los sonidos sin tiempo del Baneario de Luchón.

 

Si atravieso las montañas mis pies siempre me preguntan

¿Qué idioma habla el túnel horadado en la piedra?

¿Cuáles son las creencias religiosas de este río?

¿Qué bandera dibuja la tormenta eléctrica del cielo?

¿Se repatrían los aludes?

¿El lirio violeta que estalla en la ladera trajo dinero? ¿Cuánto?

 

Si me detengo un momento soy yo quién les pregunta

¿Estoy viajando o estoy viviendo? ¿Esto que se extiende allá abajo es un valle o es el mundo?

Y pienso que es tan hermosos lo que contemplo que todavía hoy sólo puedo escribir, y en tiempo menor, de las obras de los hombres

(…)

 

Vivir, viajar, es recordar.

Aquí el Valle sigue sorprendiendo. Cuando parece que ya no quedan palabras para describirlo siempre surge en la memoria otro lugar en las montañas, otro árbol, otro nombre escondido, otro adjetivo más, y me digo, para captar todo esto hace falta algo más que una buena foto.”

 

Para una urbanitas confesa como yo, aunque cada día menos integrada en las ciudades, esta ventana abierta a la naturaleza – ya sé que sometida a las obras de los hombres- y a la creación ha sido un estupendo regalo con que aliviar la finalización de las vacaciones.

3 comentarios

Luisa -

Fernando, ya sabes que esta imagen del lirio solo delante del valle me gustó mucho desde el principio. No sé si será la más bella del catálogo, pero creo que es muy representativa.

Coincido, Magda, en la importancia de la mezcla de signos, en la necesidad de que las expresiones artísticas se interfieran y se presten símbolos mutuamente. En nuestro mundo de hoy, además, cada vez hay menos fronteras expresivas y es importante encontrar fórmulas para darles salida. Otra cosa que me gustó mucho de esta experiencia de Pepé Cerdá y Carlos Castán y los que les ayudaron es que se centró en la investigación sobre un espacio y unos ambientes muy concretos, que ellos sin duda logran revalorizar, al tiempo que los hacen representación de otros.

Magda -

Una de las cosas más bellas que hay, en mi opinión, es la no frontera entre formas de arte. La palabra y la imagen se atraen una a la otra, la imagen habla a través de su forma, sus colores, su armonía y la palabra a través de su significante y lo que él guarda. Los dos son signos cuya armonía es siempre belleza.

Un lindo texto, Luisa.

Fernando -

Has escogido del catalogo la más bonita que hizo el sr.Cerdá