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Ñ

Ñ

 

 

          Estoy un poco cansada de sufrir este acoso a la “ñ”. Desde hace años me veo obligada constantemente a cambiar de identidad y eso me parece, incluso, anticonstitucional. No se trata sólo de las direcciones de correo electrónico o de las direcciones “url”. En muchos documentos electrónicos, o impresos en papel –puesto que éstos ya devienen del original electrónico-, me encuentro mi apellido alterado, apocopado, roto por la mitad en el peor de los casos. Mi primer apellido es Miñana, ¿y qué?, debo encararme constantemente con el informático que me dice que no puede darme esa dirección de correo –de sobras lo sé-, o con el mismo servidor “poco inteligente” que no sabe traducir a ceros y unos mi “ñ”. ¡La “ñ” es mía, caray! Bueno, ¡y de otros muchos que sé que tienen el mismo problema!. Y  es que no me apetece llamarme Minana, Minnana, Miana, Miniana -¡je!-, Minyana (que me disgusta menos porque se parece a Minaya –ya sabes Mima-),  o lo más drástico… ¡Mi/ana! Y además, ¡nunca igual! Y aunque lo fuera. Es que me llamo como me llamo, y punto.

 

         Ya sé que la culpa no es de los ceros y los unos, capaces de desintegrar e integrarlo todo de nuevo como si nada (¡qué fascinación y qué miedo me han producido siempre los milagros!). Sé que si a los ceros y los unos les hubieran dicho al principio del bing-bang informático que existía la “ñ” no pasaría nada de lo que ahora pasa. ¡Porque bien que saben que existen la “w”, que en castellano se utiliza poco más que para decir “water”! La culpa la tienen las puñeteras bases de datos anglosajonas con las que nos han clasificado a todos. Renglones torcidos que parecen tener mal arreglo.

 

         En fin, pensaré que de esta manera siempre conservaré un trozo de mi alma preservada de la influencia dominante-imperante: salvada por la “ñ”.

 

         Y en fin más, todo esto, viene a cuento de que estoy intentado abrir un blog nuevo, de momento paralelo. De momento en mantillas. Ya os lo contaré si al final emigro. Quiero a Blogia, pero Blogia me mata. Casi tanto como mi “ñ” perseguida.




          *(La imagen corresponde a la representación de la obra infantil "Ferdinando" en la madrileña sala alternativa de teatro TRIBUEÑE, y está tomada en préstamo desde la página del Mundo.es/Metropoli)



9 comentarios

Luisa -

Nerea: yo creo que sí, que si nos conformamos acabaremos perdiendo buena parte de nuestro idioma. No puede ser. Un beso.

Ybris: fíjate que cuando iba escribiendo iba pensando en ésto que dices: todos los idiomas de la europa oriental y del norte lo tienen todavía más crudo. Estuve a punto de mencionarlo y al fin no lo hice. Pero tienes razón, mucha razón. A mi no me parece bien, qué le voy a hacer. Besos.

Ana: yo creo que este sentimiento lo tenemos todos los que amamos las características de nuestra lengua. Un beso.

MM: es es el gran problema, la tendencia a la simplificación, a lo fácil. Feliz domingo, reina.

Fernando: sí,sí. Me acaban de mandar un correo de tu interés, donde tú "ía" se ha convertido en un cuadradito. Pues eso.

Jio: ¡la eñe será un localismo en Utah, guapíssssmo! ;););) Yo ya entiendo lo que dices, pero es que es éso precisamente lo que me no me gusta. Y sé lo que pasa. Lo sé. Pero no me gusta la tendencia a la estandarización (en nada). Y menos cuando los parámetros de esa estandarización son tan estrechos y unívocos. En fin, Guillermo Puertas y otros similares -aunque más pobres- mandan. Gracias por el literatúrame, me hace ilusión, qué chulo. No lo he visto esta mañana, porque no puedo andar mucho con el ordenador estos días. Un besito, majo.

Mima: ¡Ay, Minaya, qué buen vasallo...! No soy nada "chovinista", de verdad, pero hay cosicas elementales que son elementales, pero a veces ya ni las pensamos. Todo acaba asentándose, y llegará un día, como bien dices, que perderemos el sur (que no el norte, je). Ya me cuido, pero tengo la bisagra un poco oxidada, la verdad. Besotes.

Magda: Sí, ya sé de tu empeño con los signos gramáticales, que comparto. Los "no anglohablantes" hemos decido demasiado terreno. Pero una cosa es adoptar modismos y términos con los que todos nos entendemos (y me estoy refiriendo ahora al mundo de la informática y la tecnología) y otra muy distintas abdicar de parte de los signos identitarios de nuestra lengua. ¿Porque queremos un mundo tan igual y aburrido? ¡Viva la ñ! Besos, besos.

Magda -

¡Por supuesto que son "las puñeteras bases de datos anglosajones!, Luisa. Esto también a mi me enoja mucho. Por ejemplo, hay que poner un código en la plantilla que acepte acentos en plantillas anglosajonas, solo así no aparece todo hecho un caos (en los blogs o bitácoras). Por eso "peleo" siempre que pongamos admiraciones e interrogaciones al inicio de las palabras cuando escribimos y no sólo al final, no porque me meta en lo que no me concierne (cada quien debe escribir como desea) sino porque no hacerlo es permitir (y apoyar) que dentro de poco también se quiten de los teclados los signos de interrogación y admiración iniciales y escribamos como los anglosajones.
Deberíamos de hacer una campaña fuerte con esto de la ñ, grrrrr ¡enoja!

laMima -

Ah, que razón tienes. Lo "anglosajón" nos tiene estrangulados.
Llevo días mosqueada porque en Antena Aragón deben estar "probando" el sistema para subtitular los programas (esos pasitos de integración) y me pongo mala cuando veo las palabras huérfanas de letras:cada vez que hay una palabra con acento desaparece, como si la hubiese tocado una varita mágica, se deben ir al paraíso latino ese donde vive tu "ñ". Lo cierto es que así ese favor del subtítulo se convierte en algo ridículo.
¿Sabes que me fastidia?, que la solución no puede ser complicada, que es como un punto de soberbia. Se crea el IO correspondiente y vale: que lo use quien lo necesite.
Ah, en tu caso queda el consuelo de Minaya, que va a ser que.....que sí mujer.
Cuídate hermosa. Un besico inmenso.

jio -

sí, los ingleses tomaron la delantera con el software y arrasaron, la ñ es un localismo y por lo tanto difícil de integrar, pasa lo mismo con otros localismos, cmo el francés, por ejemplo, y por supuesto toda la acentuación gráfica. y en informática son muy importantes los estándares, en lingüística se estudian esos localismos, en informática también pero se tiende a una comunicación más universal...
bueno, yo llevo más por aquí el tono de tu discurso :P

por cierto te "literaturice" tu ñ ;)

ñ de miÑana!!!!

besico de oro.

Fernando -

Pues ya ves que mi apellido cambia el rumbo del acento según quien y donde...pero lo tuyo es más grave...no eres políticamente correcta..

M.M -

Pobreta, di que sí, reivindica la ñ. Lo suyo es discriminación.
Todos tenemos algo que comprobar cada vez que das los datos para algo importante, en mi caso se empeñan en cambiarame el segundo apellido por otro casi igual, pero más común.

Ana -

¡Qué razón tienes!

(Ana Munoz).

Ybris -

Llegaron los primeros e impusieron su conciso alfabeto anglosajón, su teclado Qwerty y se acapararon los códigos ASCII.
Nuestra eñe y nuestros acentos sufrieron y sufren haber llegado después.
Pero aún así podemos darnos con un canto en los dientes si nos comparamos con Søren Kirkegaard intentando su primera vocal o Antonin Dvořak con su ř o Karol Woytiła con su ł o las vocales nasales ę ų del polaco o las consonantes típicas del islandés o el feroés que no intento ni siquiera reproducir aquí.

Lo cual no quiere decir que haya que resignarse. Yo tengo una vocal acentuada en mi primer apellido y estoy tan marginado como tú en mil documentos.

Besos.

Nerea -

Sigamos defendiendo nuestra querida eñe, que nos caracteriza

Un abrazo.