Desnudo sentado en un diván (Amadeo Modigliani)
Cuando era toda siempre una sonrisa,
marejada que se alzaba
hiriendo al sol, rugían por debajo
indomables corrientes mudas para los golpes
de mis manos. Cuando era solamente
roca descomponíendose quería
ver el aire morderle los cabellos
a ella,
que ahora está mirándome
desde el contorno indemne de sus ojos,
cavilosa ante mí que la contemplo:
ésto piensas: arroja tus estatuas,
húndelas en la insaciable
respiración de los acantilados.
El mar, el único silencio. Márchate.
Le sonrío por eso, sin embargo ,
a ella, ceniza roja, que orgullosa
de sí y entretenida aún sigue
mirándome aunque traiga en su cuello
el perfume amarillo del río y de la fuente
y sé que entre su pelo ha crecido
la savia de los líquenes. Sonrío.
Le sonrío por eso, porque ahora
asombrada retira la mirada
porque yo le sonrío, solamente
por eso: ésto sientes: es de noche,
no hay estrellas, pero bueno tú eres
tan hermosa amiga mía.
* Este poema se hizo muchos años atrás, pero tiene cosas que todavía me gustan. Lo que me gusta mucho siempre es la pintura de Modigliani. El poema se escribió pensando exactamente en el cuadro que se ve arriba.
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Fernando -