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pandeoro

Ya no nieva como antaño

Ya no nieva como antaño

 

 

             Ya no nieva como antaño. Tampoco llueve igual que antes. Ni las cosas duran tanto como lo hacían. No duran los televisores, ni los frigoríficos, ni las lavadoras, ni los zapatos. No duran los amores, amor mío. Por eso no me ha extrañado verte esta tarde bajar las escaleras, subida muy alta, como una diosa antigua, sobre tus tacones, prolongados hacia arriba en la línea posterior de las medias. Escoltada por ese otro que ha venido a buscarte, te ha besado en los labios y ha cogido tu maleta. Muy educadamente me ha sonreído. Y muy amablemente yo he cerrado la puerta sin hacer casi ruido. Me he quedado pegado a la mirilla, viendo cómo caía la nieve en el rellano y asomaba un extraño y antiguo paisaje por el hueco de la escalera.

 

 

6 comentarios

Luisa -

Antonio, casi me asusta... Pero tienes razón, es un paisaje del alma:)

Luisa -

Muchas gracias por venir, Uno que mira. Has elegido muy bien las palabras. efímero, recuerdo, instante.. efectivamente ya no se llevan las gafas de mirar lejos.

Uno que mira -

Vivimos el tiempo de lo efímero.
Siempre acaba siendo invierno en el recuerdo.
El futuro se nos presenta incierto.
El presente sólo dura un instante.
Se agotaron las gafas de mirar lejos.

Antonio -

¡Cualquier día ese paisaje tomará el ascensor y llamará a tu puerta!

Luisa -

Pues yo tampoco lo sé. Pero lo que veo es que lo gastamos todo muy deprisa. Las cosas y las personas ya no permanecen con nosotros largo tiempo (siempre hay excepciones, claro. No resistimos.
Un gran besote.

Magda -

"No duran los amores", eso es verdad, dicen que es el mal del siglo XXI. Veo a mis estudiantes, por ejemplo, como cambian de pareja así, como cambiar de calcetines. ¿Por qué será? no lo se...

Un abrazo, querida Luisa.
(qué linda la imagen)