Monasterio de Sijena
Hace unos días recibí un correo electrónico de una persona que había leído un antiguo artículo que publiqué en El Cronista de la Red sobre el Monasterio de Sijena (Huesca). Muy amablemente esta persona buscaba datos acerca de la estancia en el cenobio de Margarita de Monferrato, madre de Jaime de Urgell, pretendiente al trono aragonés en el conflicto sucesorio que se resolvió en el Compromiso de Caspe -1412- con la elección de Fernando I Trastámara. Yo no sé nada más que lo leído en algún libro y algún artículo. Nada que no se pueda encontrar, por ejemplo y como breve aproximación en la página del Instituto de Estudios Sijenenses. A mi comunicante le contesté que quizás en esta institución pudieran ayudarle con sus pesquisas. Y me quedé yo misma con la curiosidad a cuestas.
Lo que me llamó la atención es que justamente el día anterior, durante la cena post-bloggellón, había comentado con Inde que recordaba haber visto en una capilla del Monasterio un fastuoso, - aunque muy mal conservado y apenas visible tras un muro de ladrillo, - grupo escultórico que representaba el Santo Sepulcro, con figuras a tamaño casi natural, tallado en piedra y obra, por lo que nos pareció en aquel entonces, del francés Gabriel Joli. Éste había tallado para las monjas de Sijena unos hermosísimos retablos en alabastro, algunos de cuyos retazos se guardaban en el Monasterio Diocesano de Lérida (espero que hoy en día en mejores condiciones de aquellas en que mis compañeros de investigación y yo los vimos hace ya años). El imaginero picardo es un brillante personaje del renacimiento aragonés, al que tengo mucho cariño y que corre alguna que otra aventura en mi novela (única por ahora) "Pan de Oro". Fue un magnífico escultor, cuyas obras estuvieron a una gran altura en su calidad estética, como puede verse en el Retablo Mayor de la Catedral de Teruel o en el Retablo Mayor de Aniñón (Zaragoza).
Para terminar el periplo mental de estos días en torno al Monasterio de Sijena, curiosamente, ayer el escritor y periodista, Juan Bolea, dedicó su columna en El Periódico de Aragón a contar la impresión que le ha producido una reciente visita al mismo. Independientemente de las opiniones expresadas en este artículo, - no puedo valorar la restauración llevada a cabo, porque, sinceramente, no la he visto- volví a pensar en la coincidencia de que en tan apenas unos días me hubiera encontrado con una sucesión de pequeños acontecimientos, todos en relación con el cenobio.
En fin, he recordado, con todo ello, el artículo que escribí hace algún tiempo sobre el Monasterio de Sijena en El Cronista de la Red y que mi corresponsal virtual había leído a su vez. A quien le apetezca puede seguirlo allí y si luego quiere saber más, en él se indica algún libro donde ampliar conocimientos.
*© fotografía 2007 Miguel Angel Latorre.
6 comentarios
Luisa -
Tienes razón respecto al artículo de Bolea y también en que en ambos casos se trata de un expolio. Si no termino de ver un buen final para toda la triste historia del expolio de los bienes de la Franja, aún se lo veo menos en este caso de Sijena. Y hay tantos casos en Aragón de mala conservación, de fraudulentas ventas, de ubicaciones indebidas...
En cuanto a Tauste, yo creo que si nos dejan rondar un poco el andamio será un gozada. Les prometemos portarnos bien ¿no?
Besotes.
inde -
Bolea confunde dos historias: el traslado de las pinturas murales de la sala capitular a Barcelona, tras su incendio en la guerra, y el otro traslado, éste sí nocturno y en un camión, de unas piezas que se compraron fraudulentamente a las monjas y cuya venta todavía está en los tribunales... En fin, en todo caso expolio es tanto una cosa como la otra, aunque lo quieran disfrazar de yo qué sé. Besitooos.
¿Qué me dices de Tauste? ¿Nos subimos al andamio?
Luisa -
Saludos.
unjubilado -
Un saludo
Luisa -
Un beso.
Ybris -
Siempre le quedan a uno tantas cosas por aprender...
Un beso.