Un Colegio Mayor con habitaciones adaptadas
Hace unos días comentábamos desde aquí el caso de Alba Gañán, una joven madrileña que veía peligrar su acceso a la Universidad debido a problemas de desplazamiento, ya que ella vive sobre una silla de ruedas. El mismo periódico, El País, que refería la historia de Alba se hace eco en su edición de ayer de que, al parecer, su problema va a verse solucionado gracias a la existencia de habitaciones adaptadas en el Colegio Mayor Juan Luis Vives de Madrid, que depende de la Universidad Autónoma de esa Comunidad. Alba deberá trasladar su expediente desde la Universidad Complutense de Alcalá de Henares, pero conseguirá así asistir a clases con normalidad como cualquier otro alumno. En ese Colegio Mayor existen siete plazas adaptadas gracias a un convenio de colaboración con la ONCE y durante el mes de agosto van a construir una habitación más para que la pueda ocupar Alba, de forma gratuita. Yo no tengo conocimiento de cuántos colegios mayores de este país cuenta con habitaciones adaptadas para persona con diversidad funcional. pero puedo suponer que no serán muchos.
La noticia es gratificante. Pero, por supuesto, nada indicativa de la realidad de todos los días. Aún le queda a Alba ganar la siguiente batalla, que es conseguir que le adjudiquen un asistente personal durante 24 horas, dentro de un programa piloto que ha puesto en marcha la Comunidad de Madrid y que estará gestionado por la asociación de discapacitados ASPAYM. El año que viene podrán acogerse a este programa trece personas. No parece mucho, pero es evidente que el coste de este servicio es elevado. Por algo se empieza.
De todas maneras, y después de felicitar a Alba y de felicitarnos nosotros por los buenos frutos de su lucha, resulta decepcionante que en este país todavía sea preciso acudir al escenario de los medios de comunicación para conseguir resolver situaciones y conseguir derechos que deberían entenderse asumidos dentro de la normalidad de los cauces que debería ofrecer una sociedad desarrollada a TODOS sus miembros. Mientras cada uno de los problemas que se planteen sean solucionados de forma absolutamente individual y sólo después de haber transcendido a los cuatro puntos cardinales merced al efecto aumentativo de los medios de comunicación, no parece posible hablar de que el estado y la sociedad hayan asumido la necesidad de hacer cotidiana y normal la vida de TODOS.
(El País, edición del sábado, 22 de julio de 2006, pág. 44. Ver en internet )
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