Poetizando - 6
A F.
Ya no te espero. Espero que tus manos
den tregua a los teléfonos, a los ir y venir,
a la multiplicidad de decisiones y a mi propia insistencia,
para quedarme quieta bajo su sombra extensa
y amarte. Ya no espero que el tiempo
se asemeje a la imagen que yo tengo del tiempo.
Espero que tus ojos delimiten mi espacio,
que conduzcan mis pasos y recorran mi agenda,
pongan fin a mis dudas, se eleven y me eleven
por entre las batallas que sostienen las nubes. Espero
que me amen, tus ojos.
Hoy no espero que llegues lleno de aniversarios
para todas las cosas que ya dieron comienzo.
Algunas acabaron y otras descompusieron su huella
en el transcurso de los escaparates y los coches veloces.
Espero que tus labios construyan y destruyan las palabras
con las que permanezco, tras de las que me escondo,
por las que que reconozco mi voz entre otras vidas.
Tus palabras que pintan la casa y el jardín,
el cielo, la rutina o los extraordinarios sabores de los besos
minerales, telúricos. Trueno y rayo el abrazo que alcanza
nuestra costa desde la más profunda de las profundidades.
Ya no he de esperarte. Amarte está en el centro.
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