Kenzaburo Oé: Un amor especial - 1
Kenzaburo Oé, Premio Nobel de Literatura en 1994, tuvo en 1963 un hijo que nació con hidrocefalia. Esta circunstancia, esencial en su vida, ha recorrido con elocuencia toda su obra a partir de entonces y centrado una buena parte de las reflexiones vitales y sociales que aparecen en ella. En un buen número de sus libros aparece la figura de un personaje, de un hijo con discapacidad, integrado en la historia. Hay, sin embargo, un libro no novelado, una especie de diario personal de Oé, que me gusta mucho. Lo encontré, - me lo encontró, mejor dicho, Chema Lera - en un mercadillo de Carrefour donde vendían los libros a peso. Se titula "Un amor especial" y habla de la vida familiar de los Oé y de algunas cosas particulares de Hikari, su hijo "especial". Incluí hace un tiempo un pequeño fragmento de este libro. Vuelvo a él, porque lo he releído estos días, y siguen pareciéndome impresionantes la naturalidad, la sencillez y el sentido del humor a la hora de hablar de las cosas cotidianas, a menudo complicadas, que han vivido los Oé, mezcladas con pensamientos muy claros por parte del escritor acerca de cuál ha de ser la actitud de la sociedad con las personas con discapacidades.
El título del capítulo del que extraigo el fragmento que voy a copiar es "La década de las personas minusválidas". Comienza este capitulo con algunas indicaciones de Oé acerca del trabajo cotidiano del escritor y de sus obligaciones públicas, y sigue:
"Esto explica por qué he llegado al punto en que ya no acepto solicitudes de conferencias o discursos a menos que procedan de amigos íntimos o de mis editores; o por qué, cuando alguien me llama, tengo el hábito de pedirle que me envíe su solicitud por escrito, con una explicación de los objetivos del acto, antes de decidirme. La conferencia que pronuncié en la ciudad de Sakai a finales del año pasado es un ejemplo feliz de este procedimiento. Creo que me llamaron a comienzos del verano y, como respuesta a mi petición, me llegó una carta firmada por el señor M. del Departamento de Bienestar de los Minusválidos de aquella localidad. La carta tenía una resonancia especial para personas que se encuentran en nuestra situación:
Al finalizar esta década especial de los discapacitados establecida por las Naciones Unidas, durante la cual hemos oído llamadas a la igualdad e integración social de todos los minusválidos, quienes están más estrechamente relacionados con estas cuestiones contemplan el futuro con una mezcla de esperanza y aprensión. ¿Continuarán el interés popular y la inquietud que han despertado en los últimos diez años? ¿O bien, como ha sucedido siempre en el pasado, volverán a ponerlos fuera de la vista, relegándolos a algún rincón prácticamente invisible a la conciencia colectiva?
Durante los últimos diez años, la conciencia cada vez más amplia de su existencia ha realzado nuestra tendencia a perder de vista lo que significa sentir una auténtica solidaridad con el prójimo; los discapacitados nos han mostrado, con toda claridad, la estrechez de nuestras miras. Se ha dicho que la "sociedad que excluye a los discapacitados es por definición débil y frágil". Creo que deberíamos examinar de nuevo lo que significa esto y ver de qué manera exactamente la sociedad es débil.
La carta se ocupaba entonces de una conferencia en la que me invitaban a intervenir.
Creo que esta idea de la "aceptación de los discapacitados como un problema para la comunidad", sobre la que le pedimos a usted que hable, inevitablemente rebasa la condición de "problema" para el individuo o la familia y aborda la cuestión de cómo el conjunto de la sociedad aprenderá a aceptar la vida en común con sus miembros discapacitados. El hecho es que, en el mismo acto de aprender a hacer esto, todos nosotros, y no sólo los discapacitados, nos hacemos más libres, lo cual, a mi modo de ver, sugiere una oportunidad para la creación de la "nueva clase de humanidad" a la que usted se ha referido con frecuencia.
No es sorprendente que aceptara participar y enviara un resumen de lo que me proponía decir."
* Queda la segunda parte del capítulo para el próximo post. La fotografía de Kenzaburo e Hikari Oé está tomada de una dirección de la Universidad de Calgary. (Kenzaburo Oé. Un amor especial. Ediciones Martínez Roca. 1998)
10 comentarios
Sildenafil -
Jordan Flight 45 -
Luisa -
Chema -
Luisa -
Luisa -
Luisa -
lamima -
No sabía sin embargo de la existencia de "La década de las personas minusválidas", que cosas hay que hacer. Bueno supongo que entonces yo estaba en "babia".
Un beso, ¡cuanto me enseñas hermosa!
Ybris -
No puedo más que estar de acuerdo totalmente con la frase de que la "sociedad que excluye a los discapacitados es por definición débil y frágil"
Ojalá este sentimiento vaya calando para que todos los que se ven afectados por ese problema jamás se vean solos y olvidos.
Besos.
Magda -
Esperaré con interés la segunda parte.