La Flauta Mágica
Esta mañana tempranito, antes de salir de casa, he estado preparando para Daniel unos discos de La Flauta Mágica de Mozart. A Daniel le gusta mucho la ópera, pero todavía no nos habíamos atrevido a proporcionarle obras completas. Ha oído muchos fragmentos. Los ha visto también en televisión. Y la verdad es que se lo pasa muy bien con este género dramático-musical. Me he decidido a llevarle hoy una ópera completa, y en concreto La Flauta Mágica, porque el otro día Chema Lera le regaló a Daniel un cuento precioso. Un cuento enorme, con grandes ilustraciones muy bien hechas y muy bonitas, que él puede seguir perfectamente. El cuento viene acompañado de un disco compacto con fragmentos de esta ópera de Mozart, los más vistosos, muy bien elegidos. Y la cosa es que nos estamos cansando de oírlos repetidos, porque a Daniel le saben a poco y hay que poner el disco una y otra vez. Así que ahora ya tiene también la obra al completo.
La verdad es que a Daniel le gusta casi todo tipo de música, desde la infantil y festivalera, pasando por el rock, hasta la sofisticada ópera, como he dicho. Aunque es selectivo, desde luego, y cada cosa le gusta de manera diferente y para momentos distintos. Yo diría que la música es su afición más manifiesta, junto al ordenador, delante del cual despliega habilidades que le desconocemos en otras actividades. Y es que no hay como tener interés en algo. La música ha sido para él un mundo propio, un lugar donde estar, una forma también de comunicarse con su entorno, desde que era un bebé.
Aprovechando esta inclinación, hemos trabajado con él en algunas terapias, como la misma musicoterapia que ha hecho en diferentes etapas, o el método Tomatis, que basa su práctica en la manipulación de la música mozartiana. Sé que también se aplica a personas con parálisis cerebral otra terapia basada en la música y los sonidos, conocida como "Hemi-Sync", pero yo no la conozco personalmente. La musicoterapia y Tomatis han ayudado mucho a Daniel en cosas aparentemente tan dispares, pero que no lo son, como la motricidad fina, el equilbrio, el desarrollo denticional o la evolución del lenguaje. Y yo creo que la música en sí ha jugado un papel muy importante en su estimulación intelectual, lo cual es muy lógico.
Pero lo mejor de todo siempre es mirar su cara de felicidad "casi beatifica" cuando escucha a Mozart, o a Vivaldi, o al vihuelista Mudarra, la banda sonora de "Barry Lindon", o -última incorporación- "Verges" de Lluis Llach; lo mejor de todo es cómo nos reímos y lo bien que nos lo pasamos bailando el Rock del Cocodrilo, o la Konga, o el himno de Barça -sí, Daniel es "culé", o la música pachanguera del sinfín de canciones del verano que ya nos conocemos.
En fin, qué sería de todos nosotros sin la magia de la música.
(* Las imágenes de Papageno y Pamina están aquí, junto a otras muy bellas de personajes de La Flauta Mágica, y son de Blumenthal, Eileen y Julie Taymor Playing with fire, New York, Harry N, Abrams Inc, 1995.)
11 comentarios
merce -
Luisa -
Creo que tienes razón con la traducción.
Un abrazo.
39escalones -
Luisa -
Un besote.
Entrenomadas -
Sin música la vida sería un error. Nietzche.
El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla. Robert Browming.
Yo no sé que haría sin música. De verdad que no lo sé.
Un beso
Luisa -
La opera le gusta mucho, es cierto.
Tomatis es un método interesante. El gabinete de Zaragoza tiene mucha clientela: niños especiales, pero también quienes tiene problemas de aprendizaje o asimilación, de atención, embarazadas... Supongo que no a todo el mundo le resultara igual de útil, claro.
Un beso.
Luisa -
Confieso que yo también disfruto mucho escuchando música a su lado, o... haciendo el gamberro cuanto toca.
Un beso.
Ybris -
¡Le gusta la ópera!
Me he dado una vuelta por el método Tomatis, que desconocía.
La música es todo un misterio sin fondo.
Un beso a ti y otro a Daniel.
Magda -
Los momentos de alegría juntos son maravillosos, qué hermoso Luisa.
Luisa -
Aunque es cierto que este sobrino mío tiene debilidad por la música clásica. Ya hemos escuchado esta tarde una buena parte de La Flauta Mágica: como si nada, hubiera seguido dos horas más. ¡Menuda emoción cuando le he preguntado si nos poníamos a oírla!
Dales tú también besos a Daniel y Ainhoa. Rosa León, qué chachi... hace unas cosas hermosísimas para los críos y para los no críos.
Te cuento lo quieras de las terapias.
Un beso, un beso y un beso.
laMima -
A mis hijos también les encanta: Daniel es pelín "casposo" (Bisbales y demás hija, ¡una cruz!) pero también agradece otras cosas. Recuerdo una vez, en San Sebastián, que nos obligó a quedarnos un buen rato en una iglesia del casco viejo porque sonaba un órgano y se quedó encantado.
Ainhoa se duerme todos los días oyendo a Rosa León.
Una música para cada momento, para cada estado de ánimo...para arrancar, para relajar, para APRENDER.¡Que listo Daniel dejándose llevar por ella!, cuanto me alegro.
Visitaré con interés los enlaces que dejas a propósito de esas terapias porque estoy pez y me interesa.
Besos guapa, y otro gordo, gordo para Daniel.
P.D. ¡Que majo Chema con ese cuento!