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Cosas que suceden en Argentina (y seguro que en otros muchos sitios)

Cosas que suceden en Argentina (y seguro que en otros muchos sitios)  

            Violeta, la hija de mi amiga argentina, Anamá, que tiene doce años y un fuerte compromiso motor, ha podido reanudar sus terapias porque la empresa de transporte que ha de llevarla desde la ciudad de Colón (Entre Ríos) a Gualeguaychú, donde hace las terapias, recibió  el pago de un mes del total de la deuda que tiene con ella la Obra Social PAMI, que  es la que da cobertura a la hija de Anamá. La familia no sabe por cuánto tiempo seguirán las terapias, porque no saben si PAMI seguirá abonando, como es su obligación, la cobertura de transporte.

            Tendremos que repetir que éste no es el único caso de impago de las obras sociales en Argentina. Parece que hay un problema generalizado y llegan constantemente noticias de familias que tienen por ello dificultades para atender adecuadamente a sus hijos con discapacidad.

           

            Hay por ejemplo una familia en Gualeguaychú que no puede operar a su hijo de una complicación de gravedad que sufre, porque la obra social no quiere pagar un elemento que se necesita para practicar dicha operación, bastante compleja.

            Otro amigo de Argentina, Gustavo, me cuenta igualmente que tienen muchas dificultades para que su Obra Social pague los sueldos de los profesionales que atienden a su hijo, Julián, y a los compañeros de éste. Las familias denunciaron la situación en el juzgado y, gracias a ello, alguno de los profesionales ha cobrado alguna parte de lo adeudado. Pero les deben muchos meses de sueldo.  Cuenta Gustavo que las familias están adelantando las pagas de estos profesionales, en espera del abono de sus nóminas. Además, terminando como ésta ya el año, la obra social que debería dar cobertura a la familia de Gustavo ha comunicado a los terapeutas que se ocupan de su hijo y otros niños que únicamente han presupuestado una serie de sesiones de terapia.  Lo presupuestado en forma alguna alcanza ni siquiera a lo ya realizado en lo que va de este año. Con lo cual hay  todo un trabajo realizado por los terapeutas que éstos no saben siquiera si podrán cobrar, y que en todo caso seguramente tendrán que terminar asumiendo las familias.

            También cuenta Gustavo que todas las visitas médicas que realizan -neurólogo, oculista, nutricionista, etc.- deben ser abonadas por su familia anticipadamente. Sólo les reintegran el dinero al cabo de muchos meses y siempre que se presenten a efectuar el cobro en San Carlos de Bariloche, que dista 120 kms de su localidad de residencia, con los consiguientes nuevos gastos de desplazamiento y viaje, que al cabo suponen más que el reintegro del precio de la consulta médica.

            En fin, todo parece muy caótico y desordenado, pero seguramente más por falta de voluntad y otras razones que por vacío legal. Los amigos que escriben insisten en asegurar que las leyes, tanto las nacidas ya en el régimen democrático como las provenientes de la dictadura, garantizan, de una u otra manera, una cobertura del cien por cien. Pero ya se ve que ésto en la práctica diaria no se cumple. Seguramente en ello influye el hecho de que en Argentina no existe un sistema general de "seguridad social" (aunque, como sabemos en los países, como España, en el que ese sistema se da,  su existencia tampoco garantiza una atención completa en los temas de discapacidad, aunque por lo menos asegura unos mínimos en casi cualquier circunstancia; veremos qué sucede en España ahora en la práctica con la denominada Ley de la Dependencia).

            En Argentina existen las "obras sociales", que son de varias y de diferente adscripción. Hay obras sociales de índole provincial, a las que son afiliados los empleados públicos. Otras obras sociales son las de ámbito castrense. También están las obras sociales de los sindicatos, y finalmente la mayor del país, que es PAMI, a la que pertenecen jubilados y pensionistas. En unos casos estas obras sociales deben procurar por ley una cobertura del cien por cien en las necesidades asistenciales de sus afiliados. En otros, no. Pero en cualquier extremo, la ley garantiza que el Estado deberá subvenir a la cobertura asistencial allí donde no lleguen las obras sociales, que por otro lado cobran sus cuotas mensuales a los afiliados.

            Los amigos que escriben desde Argentina cuentan que trabajan y luchan para conseguir que se cumpla la exigencia de una completa asistencia a los niños con discapacidad.  Pero, por el momento, todos hablan de que esto no es así y parece que su empeño va todavía para largo.

* La imagen es de Río Negro (pertenece a la Secretaría de Turismo de la Nación - Argentina, y puede verse en

http://www.theworldwidegourmet.com/travel/southamerica/argentina/rio-negro.htm)

4 comentarios

Luisa -

Es cierto, Mima, en España estamos tenemos precariedades notorias en muchas campos de la atención a la discapacidad y a la dependencia. Muchísimas. Y la gestión por parte de la administración de las ayudas, de la planificación (hoy por hoy todavía inexistente), de las valoraciones, de la integración, en fin, de casi todo, deja mucho que desear. Pero, en general, las situaciones no parecen tan críticas como las que se dan en otros países, como el caso concreto de Argentina, que en realidad es un ejemplo de lo que sucede en general. Gracias, por venir. Un beso grande.

lamima -

Os sorprendería ver las diferencias y carencias que hay en España en relación con este asunto, pero supongo que nada comparado con lo que relatas.
De cualquier forma nunca está de más prestar voz a quien denuncia estas carencias, y darle ánimo.. y ofrecernos para lo que necesiten.
Por cierto: "Violeta". Que nombre mas hermoso.
Un beso enorme.

Luisa -

Las cosas que suceden en la asistencia a la discapacidad en Argentina son realmente preocupantes, porque estamos hablando del futuro de unas personas para las que cualquier desviación puede resultar crítica o decisiva.
En España, afortunadamente, es bastante diferente; aunque queda muchísimo por hacer y cuando te enfrentas a situaciones diarias y cotidianas también hay muchas veces en que la asistencia deja bastante que desear. Todo hay que entenderlo en el contexto de cada cual, por supuesto. Y aquí no parecen de recibo situaciones y carencias que, comparadas con los problemas que pelean en Argentina, por ejemplo, son "pecata minuta", claro.
En fin, que hay mucho trabajo por delante.
Los amigos de Argentina y los demás agradecen seguro tu aliento. No es normal que en general se comprendan los problemas planteados en el ámbito de la discapacidad.
Un beso.

Ybris -

Seguro que en España es diferente, pero queda muchísimo por hacer. Sobre todo porque no es cuestión de leyes nada más sino de su aplicación.
Ojalá en mi querida Argentina todo vaya yendo hacia una pronta solución.
Desde aquí mi aliento a todos los que trabajan por ello.

Besos