(Escribí ésto pensando especialmente en mi amiga y hermana, Inma, como ya conté. No me importaba que si lo necesitaba y le parecía bien se apropiara de lo que le pareciera y le sirviera otra Inma, Lamima, que también ha empezado a ser mi amiga. Vuelvo a subirlo arriba del blog para que ahora coja lo que quiera, lo que pueda servirle, otra amiga mía, Anamá, como Inma R. e Inma M., una peleadora nata, una mujer que siempre tiene las manos llenas)
Habrá otras madrugadas, amiga, hermana mía,
azules como brazos del amor. Vendrá la luz
de la mañana a recorrer tu casa y a poner en el centro
de tu pecho la flor de un aire perfumado.
Cantarás un día nuevamente.
Un día de repente una voz en la radio, o alguna melodía,
te sonará de antiguo, la reconocerás, será de nuevo tuya
mientras ordenas horas, pedazos de papel,
en el armario ropa recién acariciada;
mientras subrayas pacientemente un texto
para fijar la letra y el concepto,
o prendes de un correo tu voz para un amigo.
Mientras besas al hijo sosteniéndole en alto
como a un sol, porque es luz.
Mientras te recompones entera ante el espejo
y él, enamorado siempre, te mira y le sonríes. Son azules
sus brazos. Cantarás.
Bajarás a la calle. La mañana está arriba. Todos
tienen su rostro asomado de sombras, porque todo en la vida
tiene sus hipotecas.
Esto no salva a nadie. Lo sé bien. Bien lo sabes. A veces
no es consuelo.
Pero a veces sentimos
la tibieza templada que envuelve como el agua
la garganta y la frente, nos abriga
la espalda -bien templada calmaría, en abril, de un mediodía
al sol -.
Y de pronto, alegría, sólo de hallarnos juntas, cercanas
y charlando. Hermana mía, amiga, qué hermoso ese paseo.
Son cosas tan pequeñas que permanecen siempre.
Habrá también de nuevo
noches blancas de espuma y caracolas como mareas altas,
de horas encendidas, de ventanas abiertas,
de alegría y bullicio bajo la fresca sombra del magnolio.
Y habrá un rumor de largas esperanzas.
Una fragancia únicamente tuya.
Vendrás entonces y vendrás muchas veces, como llega la vida
que ha caminado mucho,
aun en tan cortos años, transformada,
más honda, y en esa nueva noche
sin silencio rozarás con tus manos la bóveda
del mundo.
*(La imagen reproduce el cuadro "Otros soles", de Carmen Hidalgo de Cisneros Wilckens ©. Viene de la siguiente dirección
http://www.navedelarte.com/marco%20total.htm)