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Cerámicas de Jean Cocteau en Muel

Cerámicas de Jean Cocteau en Muel

 

                    La localidad zaragozana de Muel, que guarda y proyecta hacia el futuro una de las tradiciones ceramistas más importantes de Aragón, alberga el Taller-Escuela de Cerámica mantenido por la Diputación Provincial de Zaragoza. Sus salas acogen hasta el 17 de junio una muestra de, aproximadamente, cien piezas de cerámica, realizadas por Jean Cocteau en los últimos años de su vida.



                     "Intelectual y artista multidisciplinar, Jean Cocteau goza de un aura que traspasa ampliamente las fronteras francesas y el público, en general, conoce su obra, o por lo menos, una parte de sus escritos, de su filmografía o de su teatro. Son muchos menos los que conocen su trabajo como artista plástico y en general, sus investigaciones, en las que experimenta técnicas diferentes para abordar el campo artístico. Su «vocación tardía» se inscribe plenamente en una trayectoria plástica, a su vez solidaria de una obra intensa en su globalidad.

                      La sala de exposiciones Enrique Cook del Taller-Escuela de Cerámica de Muel presenta los testimonios artísticos, alianzas entre la tierra y el fuego, de este «frágil genio», de cuya omnipresencia en el escenario cultural conviene recordar su faceta de novelista (cuatro obras como «El Potomak» (1919), «Tomás el Impostor» (1923) y «Los Niños Terribles»,1929); el menos celebrado poeta (siete libros y sobre todo «La Danza de Sófocles» o «El Cabo de Buena Esperanza»); cineasta (seis películas, de las que «La Sangre de un Poeta» (1930); «El Eterno Regreso» (1943); «La Bella y la Bestia», (1945); «Orfeo» (1950) y más tarde «El Testamento de Orfeo», en 1959); dramaturgo (siete obras, entre ellas «La Máquina infernal» (1934) y «Los Padres Terribles»,1938), obra ésta que permanece eternamente de actualidad.

                   La obra de cerámica de Jean Cocteau reúne más de trescientas piezas que realizó con pasión durante los últimos años de su vida. A finales del año 1957, conoce a la pareja de alfareros Marie-Madeleine Jolly y Philippe Madeline y les expone sus proyectos: «Quiero aprender cómo traducir esto a vuestro idioma».

                    Dentro de esta última faceta, desarrolló un particular estilo como dibujante que empleó a fondo como ilustrador de sus propias obras y de las de otros escritores por él queridos. De su dibujo limpio, puro, picassiano, cultivado con aplicación desde sus años escolares, salió su producción cerámica que se podría calificar de “poesía gráfica”. A la cerámica llegó por impulso de su amigo Pablo Picasso, quizás algo tarde pero con fuerza y en los seis años que le ocupó esta dedicación, desde 1957 hasta su muerte en 1963, realizó más de trescientos objetos entre cerámicas tradicionales y poemas-objeto realizados en barro."


                    (Leer más)

                    La muestra es, sin duda, de las de no perderse (y la imagen también viene desde esta página que enlazo)

 


¡No a la caza de focas!

¡No a la caza de focas!

 

 

            Magda Díaz y Morales se hace eco de este hecho execrable y ruega a todos su difusión. Yo reproduzco gustosamente su texto, que suscribo:

 

             ESTE AÑO, CANADÁ PERMITIRÁ MATAR 270,OOO, O MÁS, CRÍAS DE FOCAS, ¡Y A PALOS!: MATANZA DE FOCAS EN CANADÁ.


             LES PIDO POR FAVOR, DE SER POSIBLE, PONGAN UN TEXTO EN SU BLOG DENUNCIANDO ESTA COBARDE, SALVAJE, CRUEL Y HORRENDA ACCIÓN QUE EL GOBIERNO DE ESE PAÍS PERMITE, Y PIDAN QUE SE DIFUNDA EN OTROS BLOGS, QUE SE TRANSMITA LO MÁS POSIBLE (OJALÁ PUDIERA SER EN CADA BLOG Y PÁGINA EXISTENTE EN EL MUNDO), Y PUES QUIZÁ SE LOGRE ALGO, NO SE... QUIEN DESEE PUEDE TOMAR ESTA IMAGEN O NO PONER NINGUNA IMAGEN, LO IMPORTANTE ES LA DIFUSIÓN DE ¡NO A LA CAZA DE FOCAS!

La mayor caza de focas permitida por el Gobierno canadiense ha iniciado en las aguas de Terranova, generando un agrio enfrentamiento entre Ottawa y los ecologistas que piden el boicot del turismo en Canadá. Noventa por minuto. Ese el número de focas de entre tres y cuatro semanas de edad que los cazadores canadienses matarán esta semana para aprovechar en pocos días las favorables condiciones meteorológicas en los hielos flotantes frente a las costas de Terranova.

(Recordad las imágenes que seguro que habéis visto montones de veces en televisión)

 

Poetizando - 34: Mediterráneo

Poetizando - 34: Mediterráneo

 

 

 

Del mar me gusta la azotea,

soleada y al viento. Reclamo su horizonte

como mío: en días transparentes

descubro la otra orilla, de donde viene el sol

entre lienzos portado, juguetón como un dios infantil:

el sol, mano que pinta sobre el mar marineros

y pájaros-gaviota hasta llegar a puerto. Habrá mercado

luego, me prometo.

Siempre demoro el tiempo de tender

la colada, mientras traigo a mis labios canciones

y argumentos por bocas de mujeres

que nunca conocí. Anclada

estoy al ancho caudal de costa a costa.

Dejo que el viento

entienda mis razones, que pruebe

su poder contra mi cuerpo. Nada opongo.

Hay un mar de rumores

claros, como las nubes de días transparentes

en el Mediterráneo,

que habita la azotea

y la música

y todas las palabras que conozco.


 

P.D. Hoy, especialmente, quería dejaros un texto como éste.


 

* La imagen viene desde aquí, y es un bello rincón que contiene los colores esenciales del Mediterráneo: azul, verde y blanco.


 

Cinzolín

 

De color violeta rojizo (R.A.E)

Normandía, Proust y la lluvia

Normandía, Proust  y la lluvia

 

Rincón de Honfleur, con las típicas casas de pescadores

 

 

              Hace unos días, a propósito del post que dediqué a Satie y que ilustraba con una fotografía del puerto de Honfleur, Patri pidió en su comentario más fotografías de Normandía, porque a ella la región francesa también le había impresionado mucho. No pasé por alto su interés. Hoy hace un día "norteeuropeo" aquí, en este valle del Mediterráneo. Además, quizás por ello, por la predisposición anímica, andaba hace un rato releyendo fragmentos de "À la récherche du temps perdu", de Proust. Tan placentera siempre esta lectura, tan evocadora, tan inteligente. Creo que Proust utilizaba más eso que ahora se llama "inteligencia emocional" que el puro análisis intelectual, cuando describe, disecciona, adorna, estiliza, va y viene a su antojo por cada uno de los mundos individuales y colectivos que construyó en su obra monumental. Si en el mundo de la literatura hay unas cuantas obras que son definitivamente únicas, una de ellas sin duda es ésta. Pero no descubro nada. Tampoco lo hago si recuerdo que uno de los principales escenarios de la novela, y de los más celebrados por los lectores, es la costa normanda: el protagonista traslada al novelado pueblo de Balbec la descripción de la localidad costera de Cabourg, y realiza paseos a lo largo de esa costa que recorre Deauville, Trouville, etc. En fin, siguiendo con ese universo de coincidencias al que me entrego siempre -se lo comentaba hace un rato a Inde en el post anterior-, resulta que hoy uno de los lectores de este blog ha sido alguien que ha llegado desde una localidad que se llama Bouquetot, cerca de Rouen, Normandía. Así que creo que es el momento de colgar unas cuantas fotos tomadas en la Normandía, como pedía Patri. Espero que te gusten.

 

 







Catedral de Rouen, hermosísima, aunque Monet no la hubiera pintado tan bellamente










Campo de lino, en la campiña, camino de Etrétat, una sensación entre la bruma inolvidable









Acantilados de Ëtrétat, indescriptibles ¿no?






Mont Sant Michel, temprano por la mañana; el lugar legendario por excelencia

 

 

            

Historias sobre Pan de oro

 

 

            La poeta Marta Navarro, autora de bellos y rotundos poemas, recientemente premiada en Cádiz, y una de las mantenedoras de Entrenómadas - junto a Julia y Ágata -, un blog revitalizador y comprometido, cuenta en sus comentarios al post "Leer un poco de Pan de oro" un par de historias a propósito de mi novela, que me han gustado mucho, y que hago ahora un poco más públicas. Espero que a ella no le importe que actúe de eco amplificador de esos comentarios.

            Contaba un día acerca de las coincidencias entre el libro y su familia, que es originaria del barrio zaragozano de San Pablo, corazón de los escenarios de la novela. Hablaba también Marta de que su hermano, Martín Navarro García, dedicado al mundo de la música, acorta su nombre en "Martín García", el mismo nombre de uno de los personajes secundarios del texto, aquel pintor que hizo un retrato de su amigo, Pedro Milano, protagonista principal. Así que luego no me sorprendió cuando días después me cuenta que había comprado el libro, pero que se lo había secuestrado su madre. Al parecer la madre de Marta es una gran lectora, que husmea en su biblioteca cuando ella no está en casa. Vió el "Pan de oro" y comenzó a leerlo. Supongo que le llamaría la atención, como a Marta, el escenario conocido y que un personaje homónimo a su hijo apareciera por allí. Seguramente por eso lo raptó. Y ese rapto espontáneo me llena de alegría, porque me imagino que a la madre de Marta le empezó a gustar un poquito el libro. Mi agradecimiento, claro, y el de sus personajes, a los que a veces imagino - ¡qué boba! -  un tanto huérfanos, ya lejos de mi. Veo que equivocadamente, porque va apareciendo mucha gente que los adopta.

            Dejo otros párrafos del libro, que transcurren en otra ciudad, la pirenaica Jaca, en la que a estos personajes también les sucedieron algunas cosas importantes en sus vidas:

 

 

  

                 "Cuando vi por primera vez la catedral de Jaca comprendí la tribulación de Milano y lo que le preocupaba. Había tanto por hacer. Todo estaba patas arriba, medio en obras, y las naves laterales casi al aire, porque los incendios habíanse comido las techumbres de madera varias veces, y ahora se había decidido ponerles bóveda de piedra definitivamente. Además había que pensar bien cómo encajar el concepto  que Pedro había trazado para la portalada en una iglesia donde todo todavía estaba igual desde hacia siglos, y, en fin, mil cosas, desde la traída de la piedra y la madera, el apercibimiento de las casas donde íbamos a trabajar, hasta - lo más importante, porque sin ello nada podría ser comenzado- cómo convencer al impasible señor conde Artal para que sacara los enterramientos muy antiguos que de su familia había adosados a la pared de la iglesia que era preciso derribar.  Todo ello le quitaba el sueño en Zaragoza y nos llevó a un sin parar luego en Jaca. Así que en verdad que le comprendí, y aún más profundamente luego le entendí cuando conocí a Margarita.

               Era por entonces, válgame el cielo,  una mujer bien hermosa. Siempre tuvo suerte con las damas el viejo Milano, aunque él insistiera tercamente en lo contrario y en decir que nadie nunca antes había hecho cuajo verdaderamente en su corazón, aun reconociendo que hubieran sido muchos los lances y efímeras relaciones de las que también en Milán había disfrutado. Con los veinte y tantos años que yo tenía, menos vividos que lo habían sido los suyos, cuanto contaba al respecto me causaba admiración y alguna envidia,  y además yo me preguntaba para mí, hoy lo confieso, con qué derecho aquel hombre ya algo enjuto y restañudo, de escaso porte, genio vivo, aunque amoroso, y bastantes años bregado aquí y allá, pudiera encandilar a una mujercita con tantas cualidades y pocos años. Margarita era incluso más joven que yo y ya digo que bellísima.  Quedó prendada del milanés desde el principio, cuando se vieron las primeras veces en aquel verano de mil quinientos y dieciocho. Margarita aguardó tranquilamente su regreso, porque sabía que Milano se volvía a Zaragoza tocado también del mismo comezón. Era lista, además de guapa, vive Dios, y bien que lo demostró cuantas veces le cupo en su vida. Margarita tenía los ojos grises y brillantes como la niebla que el sol rompe. Era de estatura no pequeña y tan bien apañada en todas sus partes que más parecía que la hubiera esculpido y redondeado con sumo agrado la mano genial del más adiestrado imaginero que obra de la naturaleza, casi siempre en algo imperfecta. Ella no. Margarita era un regalo para un hombre como Pedro. Y para cualquiera, no lo niego. Su marido no alcanzó a hacerle justicia cuando le puso su rostro a la imagen de Santa Margarita que hay en la capilla de micer Lacasa. Tiene la santa parecido, pero apenas un reflejo de la belleza con que Margarita alumbró aquellos años. A veces yo también la imaginaba con su pelo de oro suelto,  aunque ella siempre tan discreta lo llevaba en recogido y con toca que le cubría la cabeza casi por completo. La imaginaba así avanzando por la nave de la catedral, al mediodía, cuando a menudo venía a ver los trabajos en que nos hallábamos. Como un zagal sin seso me moría por ella. Mas jamás quebranté la lealtad que le debía a mi amigo, a mi casi maestro, a mi hermano mayor del alma. Mordí la llama y apreté los dientes, jamás dije nada, y en cuanto pude busqué remedio y hallé mujer que me salvara, la primera de las tres que he tenido, que fue más comprensiva de lo que hubiera debido y nunca habló, aunque bien yo sabía que vio con gran sagacidad lo que por mi corazón y mi cabeza andaba. Hasta que un buen día me curé de esa a modo de fiebre en la que me hallaba y conseguí mirar a Margarita sin bajar los ojos ni hincar los puños, recuperando en su presencia el sosiego y la razón, y aprendiendo poco a poco a quererla como a hermana puesto que era la esposa de mi compadre y hermano, y sin duda pude hacerlo porque en mis propios aposentos encontré más afecto que el que nunca había tenido y mi ser todo entendió la bienaventuranza de lo que había hallado, aun por camino torcido. Por desgracia, Inés murió pronto estando encinta de nuestro hijo segundo, apenas recién regresados a Zaragoza, según el médico dijo, seguramente, debido al viaje mismo que hizo ya en avanzado estado de buena esperanza y hallándose ella con la salud algo quebrantada, que nunca me he perdonando no haber retrasado la vuelta o por lo menos haberla obligado a permanecer en Jaca con su familia, puesto que a mí ya me apremiaba Joly, que me quería para que le ayudara en su parte de la imaginería del retablo mayor de Tauste, con gran enfado, claro, del señor Morlanes, que tenía la otra parte de la misma obra y que ya estaba en malas relaciones con el normando, con el que había roto una compañía que tenían, y por eso no había venido Joly con nosotros a Jaca. Está mal decirlo, pero yo era el mejor imaginero de ese obrador, y, al irme con Joly, el maestro Morlanes tuvo que hacer concordia para las imágenes de Tauste con aquel Juan de Salas, que yo conocía  del taller de Forment, y que luego marchó del reino creo que a la isla de Mallorca. En fin, que me quedé solo con mi hijo Diego, enrabiado y doliente, añorando inmensamente a la que apenas había encontrado. Milano y Margarita fueron en aquella pena mi consuelo y mi apoyo, como siempre lo serían. Mi devoción por Margarita no disminuyó, al contrario creció,  pero se transformó en un amor agradecido, pues a mi hijo y a mí nos asistió todos los días desde la muerte de Inés tanto en lo material como en cobijarnos espiritualmente, y eso creó aun más lazos de los que ya entre nosotros todos había, pero ahora como de más adentro, sabiendo ya que de una u otra manera íbamos a vivir nuestras vidas juntos, pasara lo que pasara. Y si hoy en mi mucha vejez  me atrevo a contar algunas cosas como la dicha es porque sé que ni Pedro ni Margarita, donde estén, me lo van a tener en cuenta sino en todo caso como una prueba más de lo que me esforcé en honrarles y aún me obligo a ello. Pero no debo hablar tanto de mí." (Fragmento del capítulo "El compadre Berasátegui", en Pan de Oro, Mira Editorial).



* La imagen de la Catedral de Jaca está tomada de la estupenda web sobre el románico aragonés "La Guía digital del arte románico", que mantiene Antonio García Omedes.

 

Tal-Afar

Tal-Afar

 

 

Esto dice la noticia de la agencia Atlas:

"Hace dos días, en Tal-Afar, hubo un atentado y este miércoles familiares de las víctimas se vengaron. Fue una masacre premeditada. Los suicidas conducían dos camiones-bomba, en uno incluso se repartía trigo gratis en nombre de una supuesta ONG.

Los terroristas hicieron explosionar los vehículos cuando más gente había reunida, padres con niños en brazos y vecinos que en un instante quedaron atrapados entre los escombros. Las bombas mataron a 62 chiíes, pero las consecuencias llegaron más lejos.

Como represalia, un grupo de chiíes fue al barrio vecino y mató a 60 sunníes, todos de un tiro en la cabeza. Es la política del ojo por ojo de Tal Afar. Una ciudad llena de tensiones, que sin embargo, hace justo un año George Bush ponía precisamente como ejemplo de los progresos en Iraq."

                Ya sé que cosas similares están sucediendo todos los días, continuamente, en Iraq. Que no son nuevas. Pero hay días en que una ya no tiene ganas de contenerse. Además el modo en que los hechos se han producido hablan ya de la escalada cualitativa de la crueldad en la violencia que se produce cotidianamente. Muy mal asunto.  (¡Qué suave soy! ). Y grado sumo de cinismo por parte de "los pacificadores". Los análisis los dejo a cada uno de vosotros.

* La imagen llega desde la web de Ono

Sueños especiales: Diálogos con Axel, 2

Sueños especiales: Diálogos con Axel, 2

 

 

               Quiero proseguir y concluir  el capítulo 34 de "Diálogos con Axel", de José Antonio Fortuny, que iniciamos en un post anterior hace unos días:



 

            Brian, de Australia

"Me preguntaste por mis sueños. Mis sueños son sencillos ya que sé que no puedo cambiar como soy. Me gustaría ganar suficiente dinero como para llevar una vida más cómoda. Me gustaría ser capaz de comprarme un vehículo y poder pagar a alguien que me llevara a lugares diferentes. En Sydney  tenemos unos taxis especiales, pero no vienen con nadie que te cuide mientras viajas.

            Me gustaría mejorar mi silla de ruedas de forma que esté más cómodo, pero los asientos para sillas de ruedas en Sydney son muy caros. Me gustaría trabajar, pero esto de momento es muy difícil".

             Susan, de Canadá:

"Me gustaría volver a caminar por la arena y sentir la arena fría y suave entre mis dedos, ser capaz de agacharme para coger conchas y piedras bonitas. Incluso sé donde me gustaría hace todo esto: en las islas Queen Charlotte (estuve allí cuando era pequeña y me acuerdo de que era capaz de caminar varios kilómetros a lo largo de una playa de arena dorada la cual brillaba debido a los millones de diminutos trocitos de conchas doradas, sin ninguna otra persona en varios kilómetros, y recuerdo que recogí ágatas y conchas pequeñas y miré a las focas flotar en las olas verdes y oscuras, y a las águilas volar sobre mi cabeza en el cielo claro y azul, y recuerdo los altos cedros llenos de moho doblándose hacia el mar). Era un lugar precioso y dejó una impresión muy profunda en mí en sólo dos días y medio. Era un lugar muy tranquilo. Mi otro sueño consiste en tener una cada con un jardín con flores bonitas, pero ahora sé que nunca lo podría cuidar. Para aquellos de nosotros a los que se nos ha negado las oportunidades, son las cosas más simples las que más deseamos".

              Taija, de Finlandia:

"El sueño mayor que tengo es el de una sociedad donde los incapacitados tengan las mismas oportunidades que los demás. Que todas las escuelas fueran accesibles, de forma que todos los niños pudieran ir a las mismas escuelas, independientemente de sus minusvalías. Que si esos niños necesitaran ayuda en colegio, se les pudiera ofrecer. Que cuando crecieran tuvieran las mismas oportunidades par estudiar que los que no son minusválidos. Que escuelas, institutos y universidades fueran accesibles. Que hubiera transporte público para minusválidos para ir a clase y a fiestas después del colegio. Que si un niño incapacitado quisiera ir a una fiesta, que pudiera hacerlo con un asistente, no con su padre o su madre. El asistente le ayudaría a moverse, a vestirse, a ir al baño, etc. Que personas adultas con minusvalías también pudieran ir a trabajar y tener un asistente si quisieran. Este tipo de sociedad permitiría a personas con minusvalías disfrutar de los mismos derechos que cualquier otra persona.

            Es ´posible´que se descubra cura algún día. Pero también es posible que lo que se descubra sea una medicina que hará que los niños con AME no pierdan fuerza muscular, pero esto no sería de mucha utilidad para aquéllos de nosotros que hemos tenido esta enfermedad durante décadas.

            Personalmente, lo que más me gustaría es tener un bebé. Estoy felizmente casada, pero no puedo tener hijos debido a la enfermedad. Intentamos adoptar un bebé, pero eso parece que tampoco funciona. No hay mucho que pueda hacer para cambiar lo primero. Mis músculos son demasiado débiles y ya está. Pero lo segundo es debido al prejuicio de que personas con minusvalías no pueden ser buenos padres. Esto es una injusticia que puede cambiarse. Tengo derecho a que se me evalúe en base a los mismos estándares que los demás posibles padres adoptivos, y no que se me niegue la adaptación de forma inmediata.

            Este es mi objetivo. Trabajar para conseguir una sociedad que dé las mismas oportunidades a todos, minusválidos o no".

Mick, del Reino Unido

"Como la mayoría de nosotros me preocupo por la forma en que la AME afecta a mi vida. A medida que pasa el tiempo y las cosas empiezan a cambiar hay momentos en lo que me da un poco de miedo. No tanto el hecho de morir, sino que no pueda disfrutar de mi vida. Afortunadamente, las modernas tecnologías nos dan oportunidades para explotar las capacidades que aún tenemos al máximo. No tengo la misma fe que tú en que los científicos descubran una cura para la AME.

            Con respecto a mis sueños, supongo que he tenido más suerte que la mayoría porque la mayor parte de mis sueños se han convertido en realidad. Desearía encontrar un trabajo en el que me pagaran más. Ello me permitiría comprar algunas cosas que harían mi vida un poco más fácil, y quizás también podría alejarme del invierno inglés durante unos meses, aunque seguro que echaría de menos la liga de fútbol y mi amado Scunthorpe United. En general díría que soy feliz con las cosas tal como están. De verdad deseo que tus sueños se hagan realidad. Tenemos un refrán en Reino Unido que dice: "Las mejores cosas suceden cuando menos las esperas".

            Lynne, de Estados Unidos

"Me sorprende que hubieras podido caminar por la playa. Tal vez es por ello por lo que aún sueñas con poderlo hacer otra vez. Supongo que sueño con cosas pequeñas como poder comer por mí mismo, cepillarme los dientes, ser capaz de respirar sin tener que hacer un esfuerzo mental y físico considerable, nadar en un lago o en una piscina grande, estar con viejos amigos y tener suficiente fuerza como para divertirme. Sentir el cuerpo que una vez tuve, tal y como se supone que una mujer debe sentirlo cuando no sufre un dolor constante. O sea, sencillamente, ser capaz de relajarme y entrar en contacto conmigo misma o con pensamientos agradables.

            Nunca pienso mucho en curas para mí misma, pero me gustaría mucho tener respuestas sobre mi tipo de enfermedad antes de morir. Desearía que hubiera más aceptación de las razones detrás de tanto sufrimiento que ha supuesto mi supervivencia, saber que mi existencia ha ayudado a encontrar la llave para ayudar a otros a vivir con mi tipo de AME. Deseo que a los niños nacidos con esta enfermedad nunca les falte cariño, que nunca se encuentren solos en su dolor, o tengan que luchar por su vida sin tener la oportunidad de disfrutar de ella tal y como una vida razonablemente normal debería vivirse. Si una cura que pudiera acabar con esta enfermedad o aliviarla fuera a encontrarse, espero que la descubran pronto.

            Supongo que también sueño con que la sociedad acepte a aquellos que viven en circunstancias adversas y que nos permita sentir el amor, incluso aunque nunca podamos ser físicamente perfectos, y que nos liberen de la exploración económica relacionada con nuestras pequeñas necesidades.

            Sueño en tener la oportunidad de poder volver a soñar, ya que estoy convencida que debemos trabajar para hacer que nuestros sueños se hagan realidad, y que para ello debemos perseverar y tener mucho apoyo físico para poder conseguir pequeñas metas.

            He pensado sobre mis sueños durante semanas, desde que tú me lo pediste. Estoy casada, y éste era precisamente mi sueño más especial, pero la vida, si se vive, está llena de sueños. Mi sueño más íntimo es tener esta vida, la que estoy viviendo ahora, y tener el suficiente coraje y fuerza para mejorarme a mí misma durante esta vida en lugar de esperar a tener otra vida y volver a empezarlo todo de nuevo. Sueño con esforzarme en hacer todo lo que pueda y, finalmente, alcanzar alguno de mis sueños. Sueño con tener un profundo y duradero orgullo de mí misma. Un orgullo que elimine o disuelva por completo el rechazo, la vergüenza y aislamiento a los que me sometieron aquellos que me dieron vida. Sueño con saber "por qué" y tener respuestas a mis propios problemas, de tal forma que pueda compartir mis experiencias con otros que puedan necesitarlas y así eliminar mis propios, muy reales, temores"

Fionna, de Sudáfrica:

"Normalmente no pienso en estas cosas, pero desde que lo mencionaste he pensado en ello cada noche. Personalmente, intento concentrarme en el hoy, en hacer la vida más fácil tanto para mí como para aquéllos que me ayudan. No creo que se descubra una cura durante mi vida, porque por lo que he leído los científicos se concentran más en el síndrome muscular de Duchenne que en la AME, por lo menos en África del Sur. Me gustaría que una medicina que detuviera el deterioro muscular se descubriera ahora, ya que puedo sentir mis músculos debilitándose cada día más.

            Me encantaría conocer a un hombre íntimamente sin tener que preocuparme por el antes y el después del momento (ya sabes lo que quiero decir). Una vez me enamoré de un chico fantástico y sé que él sentía lo mismo, pero me preocupaba lo que pasaría cuando llegáramos a ese momento especial, y terminé la relación. También me gustaría vivir por mí misma. Sueño con ser capaz de bailar ya que me encanta la música. Pero mi mayor sueño es tener la última ola en tecnología informática. Viajar solía ser mi mayor sueño, pero ahora que ya he estado en Inglaterra y América ya no me resulta tan prioritario."

            Elena, de España:

"M futuro... Prefiero no pensar en él porque tengo mucho miedo, miedo a quedar en una cama, sin poder mover ni un músculo, sin poder hablar ni comer e incluso hasta no poder respirar por mí misma. No quiero llegar a eso, antes de llegar a eso espero quedarme dormida y no despertar jamás, y no lo digo sólo por mí sino por mi familia.

            Yo creo que en un futuro encontrarán algo para nuestra enfermedad, pero yo no lo veré. Y aunque llegara algo, sería demasiado tarde para mí. Yo no tengo marcha atrás, es imposible, pero me conformaría con tener un poco más de fuerza en mis brazos, o que por lo menos me quedra con la poca que me queda. Yo no me veo como tú, pero cuando sueño sí. Algunas veces me veo andando, y debe ser porque mi mente todavía lo recuerda, ya que yo anduve hasta los nueve años, aunque mal y agarrada a las paredes".

            Como has podido comprobar, mi intuición ha resultado ser totalamente cierta: sí, ahí afuera hay otros como yo; otros apasionados, otros discóbolos cuyo lanzamiento efectuado con la paciencia cada vez llega más lejos, otros sensitivos, otros que viven en el ahora, muchos más Señores de las Pequeñas Cosas...

            ¿Cuántos pequeños sueños se necesitan para hacer realidad un gran sueño? ¿Cuántas monedas doradas y relucientes hay que pagar?

 

            *José Antonio Fortuny. Diálogos con Axel. Libros de la Tempestad (nueva edición en Círculo de Lectores)

             * La imagen viene desde el blog del síndrome Prader Willi

 

Fragmento de la introducción de José María Mendiluce al libro:

 

            “José Antonio ha encontrado preciosos instrumentos de rebelión: y entre ellos, este libro. Hacernos conocer su intimidad, sin falso pudor o dramatismo, aunque dramático haya sido el recorrido. No creo que logre expresar con palabras mi agradecimiento por todas las lecciones que en él se contienen. Es José Antonio en carne viva. Es un canto a la dignidad y a la vida, incluso desde la suya, brutalmente cercenada por la maldita injusticia de una lotería siniestra a la que nos exponemos todos… pero que les toca a algunas personas llenas de sueños y proyectos como tú, o como yo, que tienen que enfocarlos progresivamente sólo desde esos espacios, tan cercanos al alma, como son los de la inteligencia y el pensamiento, el de la creatividad, el de la palabra que comunica y transmite ese mundo interior lleno de esperanzas, pero también de pesadillas, de ilusiones adaptadas y de frustraciones constantes, en un aprendizaje permanente de la diferencia, que marca a hierro candente su futuro.”

 

 

Narrativas, número 5

Narrativas, número 5

 

 

              Ya está en la red él número 5 de la Revista Narrativas, que editan Carlos Manzano y Magda Díaz y Morales. Enhorabuena. Se puede descargar desde aquí.   

            Por mi parte, agradezco mucho a Carlos Manzano y Magda Díaz y Morales la publicación del relato "Una vieja historia".

            El índice es el siguiente:




ENSAYO:

“Verse a través del Otro en la Lima decimonónica”, Martín Palma Melena

" 'El tunel', ejercicio deconstructivo", Julio Salinas Lombard

"La poesía luminosa y feroz de Sol Acín", Mercé Ibarz

"Vigilancia y fuga en Mano de obra de Diamela Eltit", Mónica Barrientos

RELATO:

"Después de tantos años", José Ovejeros

"Cuando yo era sordo", Leopoldo de Trazegnies Granda

"Roma, laberinto de espejos", Carlos Montuenga

"La última cobardía", Jorge Carrasco

"Sin remitente", Gariela Urrutibehety

"El acompañante", Andrés Fabián Valdés

“Un ataque de lentitud”, Juan Carlos Chirinos

"La viuda negra", Rosa Silverio

"Las pestañas de Guimard", Juan Carlos Márquez

"El olor de la ceguera", Graciela Barrera

“Descubriendo sueños”, Mónica Gutiérrez Sancho

“Mientras siga escuchando la misma estación”, Iván Humanes Bespín

"La lámpara de plata”, José Manuel García Marín

"El Remolino”, Miguel Soler

"Azogue", Luis Pita

"La frontera es un buen lugar para vivir", Agustín Cadena

“La caperucita y el abuelo feroz”, Pablo Lores Kanto

"Una vieja historia", Luisa Miñana

"Las cien pesetas", Fernando Sarriá

“El juego de las Estatuas”, Antonia Romero

"La sonrisa de los hipócritas", Eduardo Martínez Carnicer

"Huidobro literal", Jorge Etcheverry

"Como un hombre que sobrevuela el mar", Pepe Cervera

"Pinche Lupita (o de cómo se me escapó)", Raúl Medrano

"La orilla", Moisés Sandoval

NARRADORES:

En esta ocasión, el espacio de Narradores está dedicado a la escritora, Ángela Ibañez

RESEÑAS:

La vida nueva de Orhan Pamuk, Blanca Vázquez

Un sueño comentado de Rubí Guerra, Agustín Cadena

Historia de la belleza de Umberto Eco, Antón Castro

Guía de hoteles inventados de Óscar Sipán y Óscar San Martín, Sabas Martín

MIRADAS:

"Irene Némirovsky y el abandono", María Aixa Sanz

"La historia de Joel, de Henning Mankell", Sfer

TIRAS INSULSAS

Emilio Jio - DaniFrame

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Vaso usado por los romanos para trasegar los líquidos (R.A.E.)

Sábado de primavera

Sábado de primavera


 

 

               Hoy, en Zaragoza, ha hecho un día luminoso, aunque tremendamente zarandeado por el cierzo. No es extraño el viento en la ciudad por esta época. Pero este año todo está un poco patas arriba: hace una semana estuve abonando, plantando y trasplantando en manga corta, y, sin embargo en los últimos días llegó incluso a nevar. Esta mañana de portentoso sol, ha llovido no obstante durante un rato. Aunque ese rato lo hemos pasado a cubierto, dentro del edificio espléndido y renacentista de la Lonja, donde tiene lugar hasta el próximo día 23 de abril una maravillosa exposición de piezas importantes del escultor arágones (y catalán de adopción), Pablo Gargallo. En esta ciudad estamos (o deberíamos estarlo por lo menos) acostumbrados a la presencia de Pablo Gargallo, pues no en vano contamos con un magnífico museo dedicado al escultor, instalado en el bello Palacio de Argillo, del siglo XVII que en estos momentos se está renovando. Pero la exposición aporta piezas de otros museos, de colecciones particulares y de la propia familia Gargallo, que completan fenomenalmente a las residentes en Zaragoza de forma habitual. Además la selección de piezas, su ordenación y colocación se han pensado muy bien, con mucho espíritu didáctico. Hemos disfrutado mucho. También con un excelente video en el que la hija de Pablo Gargallo, Pierrette, cuenta cosas muy interesantes del trabajo de su padre: sus obsesiones, sus herramientas, sus técnicas, su trayectoria en el contexto internacional del mercado del arte a lo largo de los años y de las circunstancias históricas. Es una pena que el catálogo, magnífico por lo demás, no haya incluido un cd con ese video en el que se nos muestra a Pablo Gargallo con una cercanía en la que pocas veces puede entrar el espectador. Ya digo que el catalogo es por lo demás espectácular, muy hermoso y muy bien hecho. Lo tengo aquí conmigo para mirarlo con calma.

              De la Plaza del Pilar, nos hemos ido paseando, calle San Gil arriba, hasta la librería de Los portadores de sueños. Fernando ha comprado un libro de Juan Antonio González_Iglesias, -"Eros es más"-, un poeta que estuvo hace unos días en Zaragoza y que le gusta ya mucho, y yo me he encontrado allí, en la librería,  con Carol, una antigua -pero muy joven- compañera de trabajo, que ahora vive en Madrid. Ha sido un gratísimo y conversado encuentro, mientras Eva, de los Portadores, charraba con Fernando de poesía y de lo bien que se "tapea" en El Circo, ese bar de toda la vida de la calle Blancas, que tiene una inigualable ensaladilla rusa y una incitante tortilla de patata, y que siempre está lleno y que cae al lado de la librería.

                  Aún nos ha dado tiempo de ir al vivero. Queda mucho trabajo todavía para conseguir que mis tiestos se sientan a gusto en la primavera y el duro verano zaragozano. Abono, tierra nueva, y dos o tres plantas, que se han convertido, inevitablemente, durante el paseo por el vivero, en unas cuantas más, era lo que necesitaba traerme de Jara, un vivero que, supongo, tiene los días contados en su actual ubicación, porque se está quedando en el corazón de la ciudad, al lado de la nueva estación intermodal, la nueva zona de la Milla Digital, los aledaños del nuevo Pabellón-puente sobre el Ebro : unos terrenos demasiado golosos, me temo. Hemos vuelto a casa llenos de arte, poesía y flores, pues.





                   Ahora estoy en casa; el trabajo manda. Pero no dejo de acordarme todo el tiempo de que, mientras tanto, Lluis Llach está cantando su último concierto en su pueblo natal de Verges, en el Ampurdán.  Menos mal que ha dicho que aún terminará el trabajo inconcluso que emprendió con Marti i Pol y que habrá, por tanto, un último disco que está por venir. Pero eso no me consuela, sin embargo. No se lleva esta "basurilla" que me ronda por el estomágo y los ojos. Y, conociendo la fama de coherente y tozudo del cantautor catalán, seguro que intenta cumplir su propósito, de lo cual yo no dejaré de lamentarme. Para que se entienda un poco por qué, remito a un texto que sobre el disco "Poetes" deje números atrás en El Cronista de la Red -lo enlazo más abajo- y os dejo también un enlace a unos segundos de su música
 

 

           Un texto sobre Pablo Gargallo en El Cronista de la Red

           Un texto sobre el Palacio de Arjillo, sede del Museo Gargallo de Zaragoza, en el Cronista de la Red

           Algunos datos sobre la Lonja de Zaragoza

           La página de Los Portadores de Sueños

           La web de Lluis Llach 

           El texto sobre Lluis Llach en El Cronista de la Red

 

Poetizando - 33: La ley del tiempo

Poetizando - 33: La ley del tiempo

 

 

                   Fernando, que siempre sabe lo que hay que decir, me regala este hermoso poema, que me quedo, claro. Tomo prestada además esta fotografía de Miguel Angel Latorre, porque las imágenes de Miguel Angel siempre se entienden muy bien con las palabras de Fernando, y porque lo que cuenta me recuerda el paisaje del que disfrutamos durante un tiempo y al que sigo amando mucho por varias razones.



 

 

Aunque todo lo que tenemos es quebradizo

y anda sujeto a la ley perecedera del tiempo,

no hay rincón en nuestra casa

que no posea el pequeño murmullo de la dicha.

Conclave de luz,

se cierne la noche con su velo

y un aroma a flores silvestres nos delata,

las huellas del amor y del deseo

recorren nuestro cuarto

y entregados al silencio contenido

en el cuerpo a cuerpo

no hay mejor caricia

que las que mis manos y las tuyas se prodigan.

¿Cuánto tiempo nos regalará la vida?

Quizás sólo el mañana,

una aurora plena y elevada

en el vuelo blanquecino de palomas.

Pero mientras tanto el ángaro perfecto

sigue quemando todas las soledades

que la ciudad nos ofrece.

Por si acaso,

ten siempre el corazón dispuesto,

para llegar a mi.

Sólo con tu ternura basta.


 

Sueños especiales: Diálogos con Axel, 1

Sueños especiales: Diálogos con Axel, 1

 

 

             Hace tres años, el primer día del año, lo recuerdo bien, recibí un correo electrónico de  José Antonio Fortuny que hablaba de su libro "Diálogos con Axel" que había publicado Ediciones de La Tempestad.

            A José Antonio se le detectó de niño una enfermedad, atrofia muscular espinal, que le ha ido disminuyendo progresivamente sus capacidades motoras, hasta el punto de que, tras terminar el libro, ya no podía prácticamente escribir. La escritura del libro la hizo él mismo, a mano, a lo largo de cinco años y a razón de medio folio diario. Cuando terminó el libro ya casi no podía mover la mano, estaba esperando un traductor de voz para su ordenador. Sin embargo, y durante siete años, José Antonio había sido entrenador de baloncesto desde su silla de ruedas.

            Compré el libro (hoy tiene ya también una nueva edición en Círculo de Lectores), y confieso que su contenido me dejó por entonces bastante exhausta. Como dice José María Mendiluce en el prólogo, es un libro excepcional. Mi estado de ánimo se debió más bien a mi incapacidad para asimilar la cantidad de emociones, sentimientos, reflexiones que José Antonio Fortuny hace explícitos, la fuerza tan atronadora de todos ellos, el choque tan brutal con la fácil realidad de la que muchos disfrutamos. Porque, quizás, una de las aportaciones más decisivas de este libro es la posibilidad de entrar en la mente de una persona con discapacidad grave, de saber cómo piensa acerca de sí mismo y del mundo en el que vive, de cómo afronta la progresión de su enfermedad, de sus rebeliones y su rabia, de sus superaciones y sus logros: con cuánta esperanza, con cuánta imaginación, con cuánta fortaleza e inteligencia se puede vivir.

            No es un libro fácil. Pero es un libro que enseña lo que sólo uno mismo puede aprender.

            Traigo, en seguramente un par de entregas, el capítulo 34 de este libro, donde José Antonio recopila fragmentos de correspondencia que le enviaron otras personas con discapacidad desde diferentes lugares del mundo, contándole sus sueños. A mi me impresionó mucho este capítulo, posiblemente por una razón estrictamente personal: mi sobrino Daniel no habla. Bueno afortunadamente ahora suelta algunas palabras y desde hace tiempo responde sí o no a las preguntas que le hacemos, con lo cual nos podemos comunicar con él. Pero muchas veces me pregunto cómo será su discurso mental, en qué terminos, con qué palabras. Y lo mismo me sucede acerca de sus sueños: ¿soñara desde sus diferencias, las obviara? ¿Se cabrea con esas diferencias? ¿Hace planes para solventarlas? Es muy pequeño todavía, pero nos muestra signos suficientes de todas estas cosas. Daniel siempre ha vivido con su discapacidad; pero a veces hay cosas que me llevan a comprender que conoce o intuye lo que sería no tener esa discapacidad, como aquella vez que al oír correr a unos niños en la plaza debajo de su casa, empezó automáticamente a mover las piernas y patear sobre el apoya-pies de su silla. De hecho jugar a correr y saltar es una de las cosas que más feliz le hacen. Y él es un niño bastante feliz, sin duda. Quizás por todo  eso me interesaron tanto estos sueños de personas con discapacidad, enfrentadas a esa discapacidad conscientemente.



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                Diálogos con Axel: capítulo 34.




            "Desde hace unos años un nuevo sueño me ronda; me pide, a voces, prioridad para que le atienda, lo considere, para que le haga caso.

            Me cuesta mucho resistirme a él, hacerle oídos sordos, mantenerlo alejado de mí para que no me atormente, para que no me atosigue. No me deja: él insiste; de una manera reiterada me importuna para que le tome en consideración.

            Y esta nueva llamada a la acción se apodera de mí; entra, como un torpedo diurético, en el gallinero de mi mente desbaratándolo todo; poniéndolo todo patas arriba e instándome a que me ponga a trabajar, manos a la obra... ¿Por qué esta persistencia? ¿Por qué aparece precisamente ahora?

            El clamor de esa voz interior que me ruega que le escuche y atienda; haz caso a esa intuición que tan buenos resultados te ha dado...

            ¿Cuántos pequeños sueños hacen falta para hacer realidad un gran sueño? ¿Cuántas monedas doradas y relucientes hay que pagar?¿Cuántos años, cuánto tiempo se necesita, hay que esperar?

            Tal vez la suma y exposición de muchos sueños pueda ayudar a acelerar el proceso....

            Como sabes soy un catador, un vividor de momentos; y hay momentos, breves pero muy intensos, en los que me siento más acompañado y respaldado que nunca: momentos en los que mana esa pleamar compenetrada con cada uno de los componentes del género humano, especialmente con aquéllos que viven una situación análoga a la mía. Ahora ha llegado, por fin, la hora de comprobar si ese sentimiento de unidad no es una mera divagación fantástica, de obtener pruebas de que su contenido es real, con un volumen que puede ser verficado.

            Y este nuevo proyecto, esta inquietud ígnea, me comenta, me sugiere, me apunta: "Busca sueños de otros como tú de por alrededor de todo el mundo".

            Y yo, haciéndole caso, me he puesto a rastrear, detective ilusionado, aventurero espigador, durante cuatro años esos sueños dispersos por múltiples puntos del planeta; esas semillas potenciales que algún día darán origen a un árbol sano, fuerte y esbelto.

            Escucha, escucha lo que quieren contarte otros como tú; déjales que te cuenten sus historias, sus sentimientos, sus anhelos más entrañables... Tal vez descubras que son prácticamente los mismos que los tuyos... Un mismo deseo humano repartido por diferentes cuerpos; un mismo arrebato de vida, de entrega, de esperanza...

            Durante cuatro años he viajado, a lomos de un caballo llamado correspondencia, por Australia, Canadá, Estados Unidos, Sudáfrica, España, Italia, Finlandia, Reino Unido, Ucrania, en busca de esos sueños que en esos instantes de íntimo recogimiento liberamos al espacio para que engrandezcan los pilares de un futuro mejor; sueños que nos ayudan, como alas del buen propósito abiertas hacia el mañana, a afrontar un poco mejor el día a día.

            Linda, de Estados Unidos:

"Normalmente en mis sueños no soy minusválida. A veces estoy andando o volando. Otras veces, mi cuerpo físico no está presente. Las pocas veces en que sueño que soy débil o voy en silla de ruedas ello me impide hacer algo que quiero hacer, incluso cosas sencillas como intentar alcanzar algo que está en lo alto de una estantería (muy común en la vida real). Una de las cosas que realmente me gusta de mis sueños cuando no soy minusválida es pode mirar a la gente cara a cara, en lugar de cara a la cintura".

            Lauren, de Estados Unidos:

"En mis sueños mi minusvalía normalmente no aparece, probablemente porque no permito que mi minusvalía determine quién soy. Raramente me centro en mi minusvalía, intento que sea lo que la gente no ve en mí. Siempre soy muy capaz y feliz en mis sueños".

            Doug, de Estados Unidos:

"A veces camino, a veces estoy en la silla. Cuando estoy caminando en mis sueños lo hago lentamente, casi como si flotara sobre las puntas de mis pies o bajo la mar. ¡Ya lo sé, estoy loco! Sólo sé una cosa: mi corazón realmente se lo pasa bien últimamente cuando sueño, con palpitaciones incluidas".

            Brenda, madre de una niña con AME, de Estados Unidos:

"Margaret normalmente sueña que está caminando. Muchas veces sueña que otra gente tiene la AME, pero ella no. A veces sueña con que ella está en el futuro mientras los demás están en el presente. Margaret está mejorando lentamente. Ayer pasó una mala noche, con su bomba de oxígeno continuamente goteando. Esperemos que pueda volver al colegio el lunes".

           

            Jenny, de Australia:

"Mi sueño, tanto si soy minusválida como no, es comprar un terreno y construir un hogar adecuado a mis necesidades y con dormitorios adicionales para que mis amigos se puedan quedar. La casa de mis sueños tendría una piscina, baño espacioso, tres dormitorios, dos cuartos de baño con bañera, dos con ducha, servicio de lavandería, cocina grande, sala de estar y parking doble. Me encantaría viajar a otros países y caminar por sus ciudades. Querría caminar y correr sobre terrenos de texturas diferentes y también sentir la arena pasar entre mis dedos. Una cosa que me gustaría hacer pronto es agradecer a mis padres todo lo que me han ayudado. Me llevan a muchos lugares. Quizás les regale un viaje a algún lugar".

            Tanya, de Italia:

"Yo lucho contra la AME, no me gusta tener esta enfermedad. Rezo por mí y por todos para que alguien encuentre alguna cura. Supongo que es muy importante rezar para mantener la serenidad, de manera que pueda mantener la calma y reírme, incluso cuando esté algo decaída. Me gustaría tener más fuerza para poder peinarme o ducharme yo sola. Aún puedo comer por mi propia cuenta, pero querría poder levantar los vasos sin dificultad. Me gustaría que mis padres se fueran a cenar o de viaje sin preocuparse por mí. Querría tener hijos y ser buena madre. Me encanta flirtear con los chicos y salir con mis amigas. Podría hacerlo mejor si tuviera más fuerza".

            Aul, de Ucrania:

"Estoy seguro de que algún día encontrarán una cura para nuestra enfermedad, pero no pienso mucho en ello. Intento concentrarme en la vida que tengo ahora. En cuanto a mis sueños, me considero un soñador realista. Quiero decir que sueño con cosas que parecen imposibles, pero que para mi aún son posibles. Por ejemplo, sueño con una familia llena de amor. Me gustaría amar y ser amado, también me gustaría tener hijos. Me gustaría tener un buen trabajo en el que me paguen suficientemente como para poder comprar mi propia casa y todo lo que yo y mi familia necesitemos"

            (continuará...)".

            José Antonio Fortuny. Diálogos con Axel. Libros de la Tempestad (nueva edición en Círculo de Lectores)

 

Encuentros en el blog de Javier Torres

Encuentros en el blog de Javier Torres

 

             Hace unos días Fernando Sarría y yo le mandamos al bueno de Javier Torres sendos relatos sobre teléfonos móviles. Javier es un gran lector y enseguida encontró la forma de jugar con ambos relatos. Al que yo le mandé lo tituló muy bien como "Encuentro imposible", y lo enfrentó al de Fernando, al que pusó el más optimista titulo de "Encuentro posible".

            Me apetece poner ahora aquí los dos textos, - Fernando también hace mención en su blog- uno tras otro, siguiendo el orden en el que Javier los entendió. Los enlaces os llevarán, si quereis, al lugar para el que fueron los relatos concebidos: el blog de Javier.

 



 

            Un encuentro imposible

           Obstinada, insistentemente desde hace días recibo este mail en la pantalla de mi ordenador:

           "Querida amiga,

           Fue grato nuestro encuentro y placentero. Pienso en usted. Me gustaría volver a verla. Dígame cómo."

           No conozco el nombre que figura como remitente. O por lo menos no tengo consciencia de conocerlo. Menos aún recuerdo algún encuentro especial ni placentero en los últimos tiempos, ni siquiera haber mantenido una conversación con alguien de quien yo no tuviera dato de ningún tipo. He hablado con gente a la que he visto por primera vez, pero o bien me han sido presentados por amigos comunes, o bien han llegado a mi a través de otras acreditadas referencias. Hace tiempo que los desconocidos no me llaman la atención como antes. Tampoco están los tiempos como para caer en tentaciones. Por eso no estaba dispuesta a llamar al número de móvil que figura al pie del texto del correo electrónico. Pero, cuando el susodicho mail llegó con terquedad por undécima o duodécima vez a mi ordenador en el plazo de una semana, decidí acabar con el problema de un plumazo. Contesté primero al último mail en ese momento, demandando al sujeto emisor que no me bombardera más con sus misivas repetitivas. Como respuesta obtuve sólo el mismo texto nuevamente. Así que ayer, furiosa, llamé. Y he vuelto a llamar hoy, después de que otra vez me asaltara el mismo correo en el ordenador. Pero ninguna de las dos veces he obtenido más respuesta que la voz electrónica del contestador del buzón de la compañía telefónica instándome a que deje mi recado. Más enfurecida si cabe, hoy me he arriesgado:

         "No sé quién es usted. No tengo ni idea de cuándo hemos podido vernos. Si es que nos hemos visto. Le ruego deje de enviarme correos electrónicos. No deseo verle ni conocerle".

          A los cinco minutos he recibido un mensaje en la pantalla de mi teléfono móvil:

           "Tiene usted flaca memoria. No merece usted la pena".

         Y este mensaje ahora repite desde entonces su llamada de atención en mi móvil puntualmente cada hora, como una mala conciencia que no me deja ni a sol ni a sombra.



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                  Un encuentro posible

             Nunca pensó verse en una situación como aquella, él, que siempre intentaba hacer lo correcto, estaba dirigiéndose hacia una cita extraña y que no le pertenecía.

             Seguía su primer impulso, dejándose arrastrar por una especie de libidinoso cosquilleo desconocido para él. Sentía en su estomago el riesgo, el peligro de su decisión, pero era un imán que le atraía sin remedio.

             Cuando había visto en su móvil el mensaje, se dijo enseguida que era una broma de las típicas de su socio. Pero le cambió la cara al darse cuenta de que aquél no era su móvil sino el de su socio; las compañías telefónicas regalan móviles de alto standing, siempre que contratas con una nueva para asegurar tu fidelidad y, claro, en la reunión con su socio por error se los habían intercambiado sin querer.

             Con todo el disimulo que pudo y tras borrar el mensaje con la cita en un hotel del centro, se lo volvió a cambiar y empezó a contar las horas que quedaban para las cinco.

             Ahora, cerca de la hora, buscaba un aparcamiento un poco alejado del hotel, para llegar a él andando e intentando dejar los menos rastros posibles. Llamó a su mujer para decirle que tenía una reunión con los del seguro de créditos, buena excusa ya que le había comentado que estaba en tratos con una nueva empresa. Pero ella no estaba. Le dejó el recado... Seguro que estaba en alguna de esas reuniones que hacía los jueves con sus amigas de universidad, ¿pero hoy era miércoles? Igual eran los miércoles las reuniones... no pensó más en eso y le dejo el recado en el móvil de ella, siempre fuera de cobertura.

              En el hotel no encontró grandes problemas para pasar desapercibido. Entró por la cafetería que daba directamente a los ascensores y así no fue visto desde la recepción.

             Su pulso se iba acelerando, tercer piso, habitación 313, decía el mensaje, te espero love ardiente a las 5 en punto, se lo repetía una y otra vez mientras se acercaba a la puerta. ¿Qué hacer?, ¿llamar o abrir la puerta directamente?, se acordó de su socio al que siempre tenía que ir salvándolo con compromisos inexistentes delante de su mujer. ¡Qué gusto tenía por las mujeres exuberantes! pero eran sólo aventuras con mujeres de las que se desembarazaba fácilmente... ¿Cómo sería ésta?... Llegó a la puerta y sin dudarlo más toco suavemente en ella y a la vez la abrió:

             Nunca pensó verse en una situación como aquella... percibió la silueta que había en la estancia y comprobó, lívido, que definitivamente las reuniones de su mujer eran los miércoles.


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La foto la cojo del blog de Javier Torres:)


Las maravillas del mudéjar (IV): Zaragoza







 

 

 

          La Magdalena

 

         Para muchos zaragozanos es la de la iglesia de La Magdalena la torre mudéjar más hermosa y mejor proporcionada de la ciudad, especialmente después que recuperara, hace ya más de treinta años, su apariencia original de la mano del restaurador Iñiguez Almech, que la despojó de las remodelaciones a que fue sometida, como el resto del edificio, en época barroca, concretamente entre 1727 y 1730.

         Además de la torre, se modificó también el interior de la iglesia y se invirtió la orientación del templo, de tal manera que el ábside mudéjar se convirtió en el acceso al recinto, tal y como hoy todavía continúa. Cuando se construyó, la torre quedaba situada a los pies de la iglesia, mientras que el ábside casi se tocaba con el muro de cierre de la judería, enfrentado además con la Puerta de Valencia de la muralla romana.

         Al interior, los alarifes mudéjares plantearon en la primera mitad del siglo XIV un edificio de nave única, en tres tramos, y ábside poligonal de siete lados, sin contrafuertes.



 





          Por su parte, la torre, de planta cuadrada, se ciñe al modelo de los alminares almohades: dos torres, una envolviendo a la otra, y entre ambas las escaleras cubiertas mediante bóveda por aproximación de hiladas. La torre interior está dividida en estancias. Al exterior encontramos arcos mixtilíneos, ventanas abocinadas en arco de medio punto, paños de cruces de múltiples brazos formando rombos.

          En el muro del ábside, el perfil facetado de éste permite decoración con arcos mixtilíneos entrecruzados, ventanas en arco apuntado, y de nuevo las cruces de múltiples brazos en el alero del tejado.




 



           San Miguel de los Navarros


           La parroquia de San Miguel de los Navarros surge en el siglo XIII, en el sureste del caserío zaragozano, entre la muralla romana y el muro exterior, para acoger a la población de esta zona. Sin embargo, a diferencia de lo que había sucedido con San Pablo, no se planificó un barrio como tal, debido al carácter disperso de sus habitantes y a que este territorio estaba ocupado fundamentalmente por monasterios.

           La fábrica mudéjar de la iglesia de San Miguel de los Navarros data del siglo XIV. En concreto se sabe que la torre se construía en 1396. Durante el siglo XVI, el recinto debió sufrir algunas obras de modificación y consolidación, encomendadas a Gil Morlanes, hijo. En el siglo XVII, entre 1666 y 1669, el edificio fue reformado en profundidad, tanto en el interior como en el exterior. Mucho más el interior, que quedó totalmente transformado. En cambio, al exterior encontramos elementos característicos de la obra original, una construcción que fue de una sola nave, con ábside poligonal de cinco lados. Entre la decoración sobresale la de dicho ábside: cruces flordelisadas recruzadas y cruces de múltiples brazos formando rombos.





          La torre queda dividida en tres cuerpos. El primero, sin decoración. El segundo, ornamentado a base de arcos mixtilíneos entrecruzados y cruces de múltiples brazos de nuevo.

           El tercer cuerpo, el de campanas, está dividido a su vez en dos pisos: el inferior presenta un vano en arco apuntado, que alberga dos arcos gemelos, recuadrado por una faja de lazo de cuatro octogonal; el superior, tiene arcos lobulados entrecruzados y cruces de múltiples brazos. Fue roto para abrir vanos para campanas y se le sobrepuso además un chapitel de estilo dieciochesco, que se conserva en la actualidad.



© 2007 fotografías Miguel Angel Latorre.

 

 

Ceruca

Vaina de legumbre (R.A.E)

Aprendizajes

Aprendizajes



 

            El pasado miércoles asistimos Fernando Sarría y yo - y mucha otra gente, claro-  a la presentación del libro de poemas "Aprendizajes tardíos" de Fernando Aínsa, aragonés y uruguayo, residente en París por mucho tiempo. Acudimos animados por la enjundiosa trayectoria literaria de Fernando Aínsa y porque habíamos podido leer alguna cosa acerca del libro que nos había gustado mucho. Además, Manuel Vilas le había dicho a Fernando que sin duda la ocasión tendría duende. En efecto, ni la presentación, ni el autor ni los poemas defraudaron las expectativas. Fue un acto, celebrado en la Librería Cálamo, especialmente agradable y muy emotivo, en el que acompañaron a Fernando Aínsa un buen puñado de sus paisanos del pueblo turolense de Oliete (puede verse una reseña de la presentación en Borradores)

         "Aprendizajes tardíos" es un libro de poemas muy a tener en cuenta, por varias circunstancias. Una porque es el primer libro de un autor ya curtido por largo tiempo en otros géneros y escrito a una edad en la que no se espera un primer libro de poemas. Como bien insistió Manuel Vilas en la presentación: la poesía no es un género sólo de juventud. Aunque sí quizás sea un espacio siempre de descubrimiento, de indagación, añado yo ahora. En este libro, que creo especial, se piensa acerca de la enfermedad, de la muerte, pero también de la vida en un redescubrimiento de la misma en los términos clásicos del "locus amoenus", del placer de la naturaleza, de la vida retirada, del regreso al origen, de las cosas sencillas de la cotidianeidad. Espíritu de raíz virgiliana el que por muchos de los poemas de este libro campea. Y también evocación, inevitable para esta lectora, del clásico bilbilitano Marcial, cuando regresa a su tierra, después de treinta años vividos en Roma, el centro del mundo.

         Estos días he ido leyendo los poemas del libro. Son pequeñas joyas del lenguaje casi coloquial que se adelgaza en canto para hablar del padre, de la enfermedad, de los recuerdos, pero igualmente de todas aquellas cosas en que se resume finalmente la respiración más vital de la vida: una patata, las nueces, el pueblo, la manzana, el ajo, la lagartija...

         Este fin de semana he dedicado muchas horas a las plantas, pues es el tiempo de preparar la llegada de la primavera. Iba y venía entre las dalias, los rosales, los tulipanes, narcisos y fresias, las margaritas y los jazmines, entre todas las que cultivo con mucha afición y con menos tiempo del que me gustaría. Y mientras trajinaba bajo el sol de la tarde, recordaba los poemas de "Aprendizajes..." y sentía cuán cargados de razón están.

         Dejo ahora aquí uno de ellos, que creo aúna bien la doble vía del poemario: vida entre la naturaleza y tiempo de recuerdos, de hacer balance. En el libro encuentro por cada esquina de los poemas un sentimiento que cada vez me gusta más: serenidad. El poema es el primero de la serie dedicada a las nueces:




Nueces, 1


Por estas latitudes llaman al suegro, abuelo,

un modo de suavizar la aspereza del término.

Abuelo, pues, Miguel se trepaba al peral con un serrucho

y le daba duro a la anual faena.

No escatimaba ramas,

era el arte de la poda su orgullo,

y así luego la contemplaba al sesgo

mientras liaba un pitillo.


Con él planté la noguera

un primero de enero de 1981,

de la que recojo ahora sus cuantiosos frutos.


         (Vivía entonces lejos.

         Oliete era tan sólo

         pocos días de vaciones en invierno o verano

         El centro del mundo era otro)


El tiempo

         - al menos en lo que a su frondosa copa respecta-

no ha pasado en vano.



                   (Fernando Aínsa, "Aprendizajes tardíos". Renacimiento, 2007)



                   *La imagen de Oliete (Teruel) viene desde la web del Parque Cultural del Río Martín)



Las maravillas del Mudéjar (III): Zaragoza.



Torre de San Gil



 

             En pleno siglo XIV, transcurridos dos centurias desde la reconquista cristiana, en 1118, la ciudad de Zaragoza conserva todavía muchos rasgos de la musulmana Saraqusta, como lo seguirá haciendo durante largo tiempo después, y como aún hoy pueden encontrarse diseminados entre la fisonomía urbana de nuestro siglo XXI.

             Pero además en Zaragoza, el catorce es un siglo constructor, que renueva elementos esenciales del entramado urbanístico, como la catedral, un importante número de edificios religiosos, o la propia muralla exterior. Y esta actividad se desarrollará en gran medida dentro de las fórmulas del arte mudéjar, que en estos momentos vive en Aragón en general su momento álgido y de esplendor.

             No es ésta, sin embargo, una centuria tranquila. El reinado de Pedro IV el Ceremonioso da comienzo en 1336. Durante él, la ciudad ser verá amenazada por la guerra con Castilla, y aunque afortunadamente no llegará a sufrir el ataque de los ejércitos enemigos, la antigua muralla musulmana de tierra será sustituida por una nueva de ladrillo.

             No hubo igual fortuna con la Peste Negra, que en 1349 asoló Zaragoza, cuya población quedó diezmada. La Crónica del Rey Ceremonioso cifra en trescientos muertos diarios los que se produjeron durante el azote de la epidemia. Para entonces las obras de las principales edificaciones de la ciudad andaban ya muy avanzadas, si bien perdurarán de una u otra forma hasta finales de siglo: en la Seo, en las iglesias de San Pablo, San Gil, La Magdalena, San Miguel de los Navarros, los conventos de Santo Domingo, del Santo Sepulcro, de Santa Catalina, o las importantes construcciones del mismo Palacio de la Aljafería.

 

             Echaremos un vistazo a cuatro de estas construcciones, empezando por la Iglesia de San Pablo, situada en el barrio de nueva planta de igual nombre, al oeste de la ciudad, casi equidistante de la Plaza de Predicadores y de la muralla romana. Luego nos encaminaremos hacia esta muralla desde la calle de San Blas. Habrá que seguirla un trecho, describiendo la actual línea del Coso, hasta llegar a la Puerta Nueva (junto al Palacio de los Condes de Morata, que todavía no existía entonces, y que hoy alberga la Audiencia). Por esta puerta atravesamos la muralla e ingresamos en la ciudad antigua, para alcanzar la Iglesia de San Gil, después de dejar atrás algunas callejas y plazuelas. San Gil se enfrenta exactamente al muro que rodea la judería, que se extiende hasta nuestra siguiente visita, la Iglesia de La Magdalena . Por fin, debemos volver a atravesar la vieja muralla romana de piedra, a la que ya le han crecido adosadas muchas viviendas. Lo haremos por la elegante Puerta de Valencia, y recorriendo la muralla hacia el sur, pasando por los Baños Judíos y la calle de La Cadena, llegaremos a la última obra que vamos a ver, la Iglesia de San Miguel de los Navarros, en el sureste de la población.

Hemos soslayado la visita a La Seo, con su inigualable paño mudejar, pervivido entre todas las reformas acometidas en la catedral, porque esa visita se merece varios posts por sí misma. O mejor una visita real.





 

                       San Pablo   

                  En el año 1358 el Consejo de Guerra de la ciudad de Zaragoza disponía que la torre de la Iglesia de San Pablo, recién construida, sería demolidada junto a otras, como la de la Iglesia de San Gil, si los ejércitos castellanos de Pedro I el Cruel atacaban la urbe. Afortunadamente no fue así y todavía podemos admirar esta magnífica torre, sin duda lo más significativo de la fábrica mudéjar de la iglesia, que sustituyó a otra primera románica, dedicada a San Blas.

                  La degradación urbanística que ha ido sufriendo el barrio zaragozano de San Pablo -y que afortunadamente ahora se  va remediando-  en poco se parece a la pujanza con que el mismo se desarrolló durante los siglos XII y XIII como zona nueva de población a la que acudieron en un principio preferentemente labradores, estableciéndose más tarde, ya en el siglo XVI, un número importante de artesanos e incluso artistas. El barrio se llamó primero La Población del Rey, para pasar después a ser conocido como San Pablo, posiblemente a raíz de que su iglesia cambiase de advocación en 1266. El crecimiento demográfico de la zona, que en el siglo XV llegó a albergar un tercio del total de los vecinos de Zaragoza, obligó ya en el siglo XIV a ampliar la iglesia mudéjar que había empezado a construirse a finales del XIII, en 1284.

                  Desde el punto de vista arquitéctonico, la primera fase constructiva es la más interesante: nave única, cubierta con cañón transversal apuntado, capillas entre los contrafuertes y ábside poligonal. Es un modelo que repetirán varias iglesias mudéjares de la ciudad.

                Por su parte, la torre es de planta octogonal, y su estructura interior obedece a la del alminar almohade: dos torres, una interna y otra externa, con una rampa de escaleras intermedia, cubierta mediante bóvedas de ladrillo por aproximación de hiladas. Al exterior, la torre queda definida en cinco pisos, apenas decorados, y separados por frisos de esquinillas. En los dos primeros pisos se practicó una ornamentación a base de espigas y arcos de medio punto entrecruzados, que se repiten en los ejemplos de iglesias mudéjares más antiguas. Desgraciadamente, quedan ocultos por el edificio claustral.

               En el cuerpo de campanas aparece una decoración más profusa. Este cuerpo se organiza en base a vanos en arco apuntado, que cobijan a su vez otros sendos vanos gemelos túnidos, partidos por un pilar. Como ornamentación encontramos un friso de arcos de medio punto entrecruzados y sobre éstos una retícula de cruces de múltiples brazos, formando rombos. Los dos últimos cuerpos suponen ampliaciones posteriores, formados por vanos apuntados y de medio punto doblados. El chapitel que podemos contemplar data del siglo XIX.

   





                San Gil

               En el corazón de la Zaragoza de ayer y de hoy se encuentra la Iglesia de San Gil, justamente dando la espalda entonces a una de las puertas que daba acceso a la judería de la ciudad, y en la actualidad mirando a la fachada trasera del Teatro Principal, porque el edificio religioso cambió su orientación al ser reformado en el siglo XVIII. La encontraremos exactamente al comienzo de la calle conocida popularmente por el mismo nombre que identifica a su iglesia y oficialmente denominada como de Don Jaime I.

              La apariencia actual de San Gil es consecuencia de la remodelación barroca a que fue sometida entre 1719 y 1725. Ahora bien, la fundación de la iglesia se remonta a poco después de la conquista cristiana de la ciudad, siendo posteriormente reconstruida en el siglo XIV, en términos mudéjares, y según una tipología de iglesia-fortaleza, de la que es arquetipo. En concreto presenta una configuración en nave única, con dos tramos y capillas laterales entre torres-contrafuerte, y con tribuna o paseador por encima de los laterales. Por desgracia, estas importantes características apenas pueden apreciarse al quedar el edificio envuelto casi en su totalidad por construcciones posteriores.

           Sólo la magnífica torre, amenazada de demolición en 1358, como la de San Pablo, se puede contemplar con comodidad desde la calle.

          De manera sabia y elegante, sus constructores solucionaron el paso, en la zona inferior, de planta cuadrada a rectángular, lo que se produce por encima de la línea de tribunas. Por su parte, el cuerpo de campanas se estiliza gracias a la presencia de dos filas de vanos: la inferior en arcos tumidos partidos por pilastra, bajo otros apuntados, como en San Pablo, y la superior compuesta por arcos tumidos también.

             Como elementos decorativos cabe mencionar las cruces de múltiples brazos formando rombos, con discos de cerámica; los arcos mixtilíneos y lobulados, ambos entrecruzados, recuadramientos en alfiz para los vanos, o el anudamiento de las claves de los arcos, de arcaica tipología.



              (Continuará...)


 * © fotografías 2007 Miguel Angel Latorre.

 

Poetizando - 32: Cuatro de la madrugada

Poetizando - 32: Cuatro de la madrugada

 

 

 

Cárdenas, maltratadas por la música,

las voces -atrapadas en la danza

geométrica de los cigarrillos.

Qué lascivia: el humo arrastrándose

de mesa en mesa, fantástico animal.

Afuera la avenida sobre la niebla escupe

serpientes amarillas. El temor

ha vencido, va llenando insolente

nuestros vasos vacíos.

Y poco a poco el paquete agotado

de tabaco se convierte en una obsesión.




          Para  MM, que lo está consiguiendo.




          El texto evoca viejos tiempos y la fotografía me parece tan bella como inquietante. Es de Graham Jeffery, un fotógrafo inglés que muestra en su fotoblog unas imágenes muy especiales, hermosas ciertamente, creo que muy trabajadas. En concreto ésta que pongo está dentro de una serie sobre el humo del tabaco y cuya factura explica el propio autor.

 

 

Las maravillas del mudéjar (II)

 

 

                   Junto a la torre de la catedral de Teruel, de la que hablamos un poco en el post anterior dedicado al mudéjar, las de San Pedro, San Martín y El Salvador constituyen el más brillante conjunto de esta tipología arquitectónica y decorativa, pues no en balde este Mudéjar Turolense fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Las torres han sido restauradas en época reciente, por lo que ahora es buen momento para visitarlas.








 

            Torre de San Pedro


Esta torre mudéjar puede considerarse gemela de la de la Catedral o de Santa María, ya que repite una idéntica disposición interna y muy similar ornamentación exterior

No se tienen noticias sobre la fecha de su construcción, aunque se sabe que la iglesia de San Pedro se edificó hacia 1319. Esta cronología, sin embargo, parece posterior a la de la torre, que, por su gran parecido con la de la Catedral, podría más bien datarse en la segunda mitad del siglo XIII, o, en todo caso, considerarse como una ejemplar arcaizante, puesto que en el año 1315 se había levantado ya la Torre de San Martín, mucho más evolucionada.

Su planta es cuadrada; se abre en un arco apuntado en su parte baja, como si fuera una torre-puerta, y remata la parte superior un cuerpo de campanas, con una sola serie de vanos de medio punto. Presenta a la vista un friso con arcos de medio punto entrecruzados, en este caso con la particularidad de que los arcos son de ladrillo; las ventanas en arquivoltas abocinadas de medio punto y recuadradas en alfiz, y los frisos de esquinillas, con fustes de la tradicional cerámica alojados en los entrantes. Esta cerámica pertenece a la serie verde y morada, que se considera la más antigua.

La Torre de San Pedro se enorgullece por poseer una nota singular: en uno de sus capiteles en piedra sillar aparece labrada la llamada "mano de Fátima", un rasgo de indudable influjo islámico.

Junto con la Torre de la Catedral constituyen los dos ejemplos más vinculados a la tradición románica, tanto por la estructura cristiana de su interior, como por el tipo de cuerpo de campanas en arquillos de medio punto, así como por la disposición de su ornamentación en fajas.

En la Iglesia de San Pedro destaca también su ábside mudéjar, de planta poligonal, con una galería situada sobre las capillas laterales del ábside, y unos esbeltos torreones octogonales, que siguen la misma tipología utilizada en otra iglesia de la provincia, en Montalbán.





 

 

            Torre de San Martín


 

             Según la Relación de los Jueces de Teruel, fue erigida durante la judicatura de don Juan de Valacroche, entre los años 1315 y 1316.

              Está adosada a la Iglesia de San Martín, de donde toma su nombre; es de planta cuadrada y presenta en la parte inferior un gran arco apuntado para dejar pasar la calle. Estas son, sin embargo, todas las similitudes existentes con las otras torres de la Catedral y la de San Pedro, porque su disposición interna es totalmente diferente.

              En efecto, la Torre de San Martín de Teruel es como la Giralda de Sevilla en su interior, ya que sigue la misma estructura del alminar almohade. Esto significa que está formada por dos torres, una envolviendo a la otra, con las escaleras entre ambas, mientras que la torre interior queda dividida a lo alto en estancias superpuestas, hasta alcanzar el cuerpo de campanas. En esencia, se trata de un campanario colocado sobre un alminar musulmán. Este cuerpo de campanas también sigue un sistema de tradición islámica, pues se cubre con una bóveda sobre trompas.

              Distinta de las otras citadas torres es también la ornamentación de la de San Martín. Por un lado, es en ladrillo resaltado, donde aparecen los grandes paños de tradición almohade, a base de arcos mixtilíneos entrecruzados. Por otro lado, presenta los lazos de cuatro octogonal. En la decoración cerámica, además, se añaden a los elementos anteriores otros nuevos como las cenefas en flecha, las estrellas de ocho puntas, los azulejos en ajedrezado... Y, por si esto fuera poco, se suma ahora el color blanco a los acostumbrados verde y morado de la cerámica, todo construido en un formato más diminuto y ligero, lo que hace al que lo contempla imaginarse un inmenso y vertical tapiz o alfombra colgado de lo alto.

              Es la de San Martín una bellísima torre mudéjar que se deja admirar desde la plaza abierta por sus cuatro costados.

 






                 Torre del Salvador

                La Torre de El Salvador es gemela a la de San Martín, de la misma forma que pueden considerarse siamesas la de San Pedro y la de Santa María

                 Aunque consta documentalmente que el obispo de Zaragoza don Pedro García de Jánuas autorizó a construirla en 1277, no puede pensarse que su finalización fuera anterior a la de San Martín, sino más bien es posible que se terminase en años posteriores a 1315.

                 Al igual que la citada de San Martín, la Torre de El Salvador responde en su estructura interior a una alminar musulmán como el de la Giralda. Sin embargo, presenta algunas novedades. Por ejemplo, el espacio bajo el arco que da paso a la calle no es apuntado, sino que se aboveda con una crucería sencilla, aspecto este que resultaría irrelevante de no armonizar con el resto de la ornamentación de la torre, más evolucionada y desarrollada que la de San Martín.

                La ornamentación de la Torre de El Salvador parece competir con la anterior, en un derroche de elementos decorativos que roza la genial hipertrofia. El desarrollo en extensión es de mayor amplitud tanto en los paños de arcos mixtilíneos entrecruzados como en los paños de lazos de cuatro octogonal, todo ello unido a una muy superior aplicación cromática.

                 Una sana rivalidad artística la de estas dos torres turolenses, que permiten en fin, el gozo contemplativo y la abierta opinión del visitante.



© 2007 fotografías Miguel Angel Latorre